Estados Unidos y Europa han optado por la ayuda indirecta a Ucrania, a través del envío de diferentes materiales sanitarios y militares. A eso se suman las numerosas sanciones económicas que pretenden estrangular las fuentes que el presidente ruso, Vladimir Putin, usa para continuar la guerra en Ucrania. Lo que también hay que tener en […]
NacionalDirigentes Digital
| 01 mar 2022
Estados Unidos y Europa han optado por la ayuda indirecta a Ucrania, a través del envío de diferentes materiales sanitarios y militares. A eso se suman las numerosas sanciones económicas que pretenden estrangular las fuentes que el presidente ruso, Vladimir Putin, usa para continuar la guerra en Ucrania.
Lo que también hay que tener en cuenta es que dichas sanciones acaban repercutiendo en los propios negocios de quienes las imponen, como sucede en el caso del gas natural. En el caso de España, su exposición a la economía rusa no es muy elevada, pero hay ciertos vínculos que merece tener en cuenta para comprender el impacto que pueden tener las medidas.
En primer lugar, las exportaciones españolas en los últimos años sufrieron variaciones a causa de la pandemia. Mientras que en 2019 se exportaron bienes por valor de 2.050 millones de euros, esa cifra se redujo a 1.874 en 2020, según la última ficha con la que cuenta ICEX.
En el lado opuesto se encuentran las importaciones, que también se redujeron en una cantidad relevante. De hecho, España importó bienes rusos por valor de 3.476 millones de euros en 2019, mientras que en 2020 las compras descendieron una cuarta parte, hasta los 2.572 millones de euros.
Entre las exportaciones destacan las máquinas, aparatos mecánicos y vehículos, que alcanzan el 22% del total, mientras que las prendas de vestir suponen el 17%. Mientras, España compra sobre todo combustibles, el 77% del total.
Sin embargo, si se atiende también a los servicios, España obtuvo más de 360 millones de euros en 2018 por los llamados servicios turísticos, según los datos del Ministerio de Exteriores. A pesar de ello, las exportaciones de servicios a Rusia solo representan el 0,54% del total.
Pero donde sí hay una importante diferencia es en la inversión. El capital ruso se ha interesado por España en los últimos años, dado que desde 2017 la inversión se ha multiplicado por cinco, hasta los 245 millones de euros en 2019. España también ha incrementado sus inversiones en aquel país, donde prácticamente eran nulas en 2017 y en 2019 alcanzaron los 17 millones.
A esas interacciones entre los dos países se les puede poner nombre propio. Según datos de Informa D&B, 180 empresas se pueden ver implicadas en la guerra por su presencia en Rusia y Ucrania. En concreto, hay 149 empresas españolas con filiales en Rusia, y 31 con sede en Ucrania.
Estas 180 empresas participan en 261 empresas en los dos países “que podrían sufrir directamente las consecuencias de la situación bélica”, plantean desde la empresa de análisis. En particular, se cita la exclusión de Rusia del sistema de pago SWIFT, que supone la desconexión del sistema bancario internacional.
Con respecto a Rusia, Inditex cuenta con hasta 10 empresas participadas en Rusia, que representan a sus principales marcas. Mientras, en Ucrania ha cerrado sus 79 tiendas como consecuencia del conflicto.
Por su parte, el grupo industrial Maxam acumula hasta nueve filiales en el gigante ruso, una más que el grupo Roca, que también tiene presencia en ese país. Los sectores a los que se dedican las filiales abarcan toda la actividad económica, pero se centran en el comercio, la intermediación financiera y la industria.
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