Desde el lunes 4 de mayo, España comenzó a dar pequeños pasos en el camino hacia la desescalada del confinamiento y a la reactivación de la economía. En la fase cero, los ciudadanos volvieron a pasear por las calles del país y pequeños comercios locales, con cita previa, levantaron de nuevo la persiana. La apertura […]
NacionalDirigentes Digital
| 07 may 2020
Desde el lunes 4 de mayo, España comenzó a dar pequeños pasos en el camino hacia la desescalada del confinamiento y a la reactivación de la economía. En la fase cero, los ciudadanos volvieron a pasear por las calles del país y pequeños comercios locales, con cita previa, levantaron de nuevo la persiana.
La apertura de establecimientos ha implicado un esfuerzo adicional por parte de los empresarios al tener que intensificar las tareas de desinfección y limpieza. Todo para garantizar la seguridad de los clientes y evitar más contagios.
En cada una de las fases del plan de desescalada algo muy importante es la limpieza con productos desinfectantes de las superficies de contacto de uso habitual tanto de las áreas públicas como las oficinas y comercios. Pero también será necesario el compromiso de los ciudadanos por mantener los hábitos de higiene aplicados durante la cuarentena, además de respetar la distancia de seguridad o llevar mascarilla y guantes desechables de un solo uso. Respecto a esto, el director de comunicación de la empresa de desinfección Rentokil Initial España, Jacinto Díez, aclara a DIRIGENTES que “no sirve de nada desinfectar un espacio si después las personas que lo van a ocupar no cumplen estrictamente con los protocolos de higiene que dictan las autoridades sanitarias”.
Las medidas de desinfección en los espacios de trabajo deben reforzarse combinándose con protocolos de limpieza. En caso de haber personas en las empresas, Díez comenta que las limpiezas con productos desinfectantes deben hacerse varias veces al día en todas las superficies de contacto, tal como ocurre en los medios de transporte públicos. Además, insiste en que las soluciones utilizadas para los “tratamientos de nebulización tienen muy poco valor residual, es decir, su efecto se prolonga muy poco en el tiempo, por lo que se hace necesario programar desinfecciones continuas“.
Por otro lado, si se quieren hacer tratamientos más completos de desinfección se debe cumplir con un plazo de seguridad de al menos tres horas. En ese tiempo, las instalaciones tienen que estar libres de personas y antes de producirse la vuelta de los empleados es conveniente que se pueda acometer una desinfección ambiental completa, además de instalarse dispensadores de gel en las diferentes áreas.
Mucho se habla sobre cómo serán las oficinas pos-COVID-19 y aunque hay muchos aspectos aún por definir, lo que es probable es que se instalará la distancia de seguridad entre los empleados. En este sentido, desde Rentokil Initial indican que las compañías tienen que realizar un estudio de la organización de puestos de trabajo, flujos de movimiento del personal y determinación de puntos críticos de cara a la reincorporación, además de establecer turnos rotatorios de teletrabajo. “Las compañías, una vez garantizada la ausencia del COVID-19, o al menos tomadas todas las medidas de desinfección posibles, tienen que adoptar las medidas de bloqueo necesarias para impedir que el virus se vuelva a aposentar en sus instalaciones”, concluye Jacinto Díez.
Para garantizar la seguridad de los ciudadanos en los espacios físicos que han permanecido abiertos durante el confinamiento y para aquellos que abran en las siguientes fases de la desescalada, la tecnología se convierte en una herramienta clave. En este sentido, la compañía Beabloo, especializada en retail Tech, ha propuesto una herramienta, validada por Microsoft e Intel, para minimizar el riesgo de contagio en los espacios físicos.
Esta solución llamada Interaction Care se trata de un sistema integrado por cartelería digital, cámaras térmicas, sensores y cámaras cenitales y el gestor de contenidos de la compañía que coordina los mensajes que aparecen en las pantallas. Estas tecnologías miden diferentes parámetros que permiten detectar las interacciones en tiempo real dentro y fuera de una tienda, por ejemplo.
En el exterior del establecimiento -de una farmacia o supermercado- una pantalla, a modo de semáforo digital, habilita la entrada en función de la densidad de ocupación, el flujo de entrada y salida de personas. “Se puede atender a la gente si la distancia y las medidas son adecuadas. Es posible seguir funcionando si hay un nivel de prevención adecuado“, explicó el CEO y cofundador de Beabloo, Jaume Portell, en un webinar organizado por la compañía.
Asimismo, antes de entrar, la tecnología valora la temperatura corporal de la persona y da prioridad a la entrada a aquellas incluidas en los grupos de riesgo. Un ejemplo que recuerda a países como China, donde la start-up Rokid ha desarrollado unas gafas que miden la temperatura en movimiento.
Dentro de la tienda, Interaction Care, realiza un mapa e identifica las zonas de mayor riesgo, es decir, donde se concentran más individuos y coordina mensajes sobre las medidas de seguridad en las pantallas. Esta información que van recolectando sobre la interacción es proporcionada a los gestores del local para que sepan dónde ha habido más tráfico humano de cara a que la posterior desinfección y limpieza sea más exhaustiva en esas zonas.
“El sistema observa por dónde se mueven las personas dentro de la tienda. Es importante porque podamos ver el mapa de calor para ver donde ha estado concentrada la gente para aumentar las tareas de desinfección en aquellos espacios“, dijo Portell. También pueden identificar momentos o fechas de mayor riesgo (día y hora), para extraer tendencias, o si el cliente lleva mascarilla puesta o no.
Esta tecnología se puede aplicar a diferentes sectores: entidades bancarias, farmacias, supermercados, fábricas u oficinas. Y desde la compañía estudian su implementación durante la fase de desescalada en el retail y el sector público. Además, con la incorporación de inteligencia artificial, desde Beabloo estudian completar esta solución con un soporte de realidad aumentada que ayude a detectar las zonas con más interacciones para saber con certeza dónde realizar las desinfecciones más profundas.
Este es un ejemplo que refleja que la tecnología será una importante aliada en la vuelta a la nueva normalidad y en la reducción de riesgos de rebrote en el futuro.