La colaboración público-privada y, en general, de todos los actores de la sociedad para afrontar y salir lo antes posible de la crisis provocada por el coronavirus es una de las ideas más pronunciadas por todos los dirigentes empresariales. En este sentido, desde la Fundación Transforma España, cuyo objetivo es conseguir las modificaciones que el […]
NacionalDirigentes Digital
| 21 jul 2020
La colaboración público-privada y, en general, de todos los actores de la sociedad para afrontar y salir lo antes posible de la crisis provocada por el coronavirus es una de las ideas más pronunciadas por todos los dirigentes empresariales. En este sentido, desde la Fundación Transforma España, cuyo objetivo es conseguir las modificaciones que el país precisa para convertirse en un referente, se puso en marcha hace un mes escaso la iniciativa llamada ‘La Mesa’. Este proyecto busca reunir propuestas concretas e inmediatamente realizables desde el sector privado (han participado un centenar de directivos y personalidades destacadas nacionales) y así cooperar con el Gobierno para paliar los efectos de la COVID-19 en la economía. Con todo ello, han puesto sobre ‘La Mesa’ estas ideas y les invitan a sentarse para debatirlas.
En una entrevista con DIRIGENTES el presidente de la Fundación Transforma España y ex ministro de Defensa, Eduardo Serra, describe cuáles serán los siguientes pasos que les llevarán a presentar estas propuestas a las autoridades políticas o también cómo se debe actuar en esta segunda oleada de la pandemia en materia económica.
Lo esencial es mirar simultáneamente al corto y largo plazo. Lo otro es pan para hoy y hambre para mañana. Nadie sensato puede fijarse solo en el corto plazo.
¿Qué les ha llevado a poner en marcha desde la Fundación Transforma esta iniciativa y cuáles son los principales objetivos a alcanzar?
Nosotros habíamos comenzado un programa que presentamos en noviembre del año pasado, que se llamaba Un proyecto para España y que habíamos empezado a contarlo por diferentes ciudades. Pero nos sorprendió la pandemia y pensamos que la sociedad civil debía decir algo, proponer fórmulas o sugerencias para salir lo antes posible de esta situación.
Redactamos una especie de manifiesto en el que decíamos que “nos hemos caído después de muchos años de éxito, pero lo importante no es caerse, sino saber levantarse”. Ideamos llamar a 100 empresarios y también hemos contado con opiniones de expertos para que nos dijeran sus propuestas para salir de la crisis.
En el fondo subyace la idea de que la sociedad española sea consciente de que tenemos unos empresarios que se fijan en los temas de interés general como este.
¿Cuáles son los siguientes pasos de esta iniciativa?
Ahora se trata de que las personas conozcan las propuestas de los empresarios. Tras ello, vamos a decirle a la gente de a pie que haga también sus propuestas y que sean posibles en colaboración entre administración pública, empresa privada y sociedad civil, etc.
Una vez tengamos eso, vamos a hacer un documento y nuestra intención es llevarlo a las autoridades políticas. Esto es lo que resume el espíritu de colaboración de la sociedad.
¿Cuáles serían las principales líneas que recalcan los dirigentes?
Hay sectores como el turístico o el del automóvil que señalan medidas muy concretas, pero hay otros que hablan de fórmulas más generales como fomentar la innovación o hacer los desarrollos necesarios para que España esté en la actual revolución digital a la altura de los demás países.
Hay algunas muy sugerentes como que se consiga o se haga una emisión de bonos patriótica para que la gente que tiene dinero ayude a los que no, haciendo un préstamo a largo plazo en buenas condiciones. Esta última idea del presidente ejecutivo de Economía, Empresa y Estrategia, Pedro Luis Uriarte, me parece muy imaginativa y también es general porque afecta a todos, ya que se les aportan facilidades.
“Ahora es el momento de la economía y del empleo. Es la hora de las empresas”, indican en su web. ¿Por qué y cómo se podría facilitar su labor?
Esa frase nace porque el primer golpe de la pandemia ha sido contra la salud y contra la vida y los protagonistas eran los profesionales sanitarios. Ahora que se empieza a ver el número de millones de españoles en ERTEs, el crecimiento del paro, de la deuda pública y que no hay dinero para casi nada es la hora de la economía.
El protagonismo debe corresponder al empresario. Todo lo que se haga de acuerdo con los políticos está bien, pero hay que reconocer que de esto sabe más un empresario que un ministro. Ahora es el momento en que el empresariado debe tomar protagonismo.
Ha quedado patente la importancia de la colaboración público-privada, así como de todos los actores de la sociedad para afrontar este problema común. ¿Considera que vamos en la buena dirección? ¿Qué falta por hacer en este sentido?
Creo que cada vez y, especialmente, desde la llegada de la globalización, es más necesaria la colaboración público-privada. Hay países en los que lo público y lo privado son casi lo mismo como es el paradigma chino. Si tratamos de competir con esos territorios y contamos con un sector público y uno privado, vamos a hacer que colaboren porque si no, nos ganan los otros seguro.
En segundo lugar, creo que hay gente en el gobierno que quiere esta cooperación y hay otros a los que les gusta menos y que se fijan en lo público únicamente, sin darse cuenta de que muchas veces la capacidad no siempre está en el sector público.
¿Y en materia económica?
Fijarse en el medio y largo plazo. Hay que subir el salario mínimo o la renta básica, pero hay que saber quién lo va a pagar. Creo que hay una tentación excesiva de fijarse solo en el corto plazo. Lo esencial es mirar simultáneamente al corto y largo plazo. Lo otro es pan para hoy y hambre para mañana. Nadie sensato puede fijarse solo en el corto plazo. Esto está relacionado con la ayuda europea. Vamos a tener una época de pocos ingresos y muchos gastos.
¿Cómo valora que serán los próximos meses en relación a estos rebrotes que se están produciendo? ¿Volveremos a un confinamiento anterior y una consiguiente paralización de algunos sectores?
Hay que controlar muchos factores: velocidad del contagio, velocidad de la inmunización, hasta qué punto estos rebrotes tienen consistencia y cuándo puede salir una vacuna. Creo que el parón que hicieron España o Italia, a diferencia de cómo actuaron en Dinamarca o Suecia, es a lo que no nos podemos arriesgar. La gente contrapone la vida a la economía y no es verdad. Al final, si uno no tiene ninguna economía se muere. Es una falsa antinomia. Ahora que ya sabemos más, hay que evitar a toda costa el rebrote, pero también hay que darse cuenta de que no se puede parar toda la economía. Habrá que adoptar todas las cautelas necesarias (mascarillas). Parar del todo la economía es una manera de suicidarse.
“De las grandes crisis surgen las grandes oportunidades” puede ser una frase muy manida. En este sentido, ¿cuáles podrían ser y si se están aprovechando?
Tenemos una oportunidad de ponernos todos de acuerdo a volver al nivel de vida que teníamos hace dos años lo antes posible. Se ha avanzado en digitalización en tres meses más que en cinco años. Nos han dado una oportunidad de ver cómo el estudio, la enseñanza, el comercio, el trabajo a distancia se ha podido hacer en unos niveles en los que era impensable hace tres meses. Ha sido una oportunidad para ver cómo hemos avanzado en e-commerce, en el pago sin contacto, de adelantar un trecho importante. En todo caso, hay que ver que lo que parece un riesgo o un peligro, por otro lado es una oportunidad. Lo que parece una amenaza es una oportunidad y ver la parte positiva de todo.