Las crisis obligan a los agentes económicos a reconsiderar su modo de actuar. En lo que atañe a los consumidores, su cambio de hábitos acabe afectando a los negocios. Si se enfrentan a una reducción de la renta, es lógico que opten por el ahorro. Tras esta pandemia, los efectos podrían ir más allá. Eso […]
Distribución y consumoDirigentes Digital
| 04 oct 2021
Las crisis obligan a los agentes económicos a reconsiderar su modo de actuar. En lo que atañe a los consumidores, su cambio de hábitos acabe afectando a los negocios. Si se enfrentan a una reducción de la renta, es lógico que opten por el ahorro. Tras esta pandemia, los efectos podrían ir más allá.
Eso es lo que opina Bernardo Hernández, portavoz de la Categoría de Consumidores y Medio Ambiente del Comité Económico y Social Europeo (CESE). En una conversación con DIRIGENTES acerca del 30 aniversario de su agrupación, Hernández analizó la defensa que se ha hecho en temas tan diferentes como el medio ambiente, el ámbito digital o los servicios financieros.
Con respecto al panorama que deja la crisis sanitaria, Hernández dice ser optimista, aunque observa sombras que cruzar. “Creo que esta situación que ha generado una gran crisis de salud va a venir acompañada de una crisis social y económica”, reflexiona el portavoz. No obstante, “también va a ser una oportunidad para modificar comportamientos que se daban por hechos”, afirma.
En ese sentido, cree que los ciudadanos van a hacer una apuesta decidida por la “sostenibilidad” de los productos, y también por la “reparabilidad”, en contra de la obsolescencia programada que ha impregnado la dinámica de consumo en las últimas décadas.
Hernández considera que “va a haber una modificación de los hábitos de consumo”. En su opinión, llega “una tendencia nueva que va a ir en detrimento del usar y tirar y va a ir más por el uso de productos duraderos y de más calidad”, vaticina el experto.
La categoría a la que pertenece este miembro español del CESE trata de defender a los consumidores, y tiene importantes retos por delante. El apoyo de los ciudadanos, instituciones y empresas a la sostenibilidad y a la digitalización también tiene unos riesgos que pueden acabar afectando a los consumidores.
Hernández identifica que pueden producirse “déficits en la transición ecológica y digital”. Su objetivo es conseguir que se respeten los derechos de los consumidores mientras avanzan estas transformaciones. En particular, Hernández señala a la digitalización, que tiene el riesgo de poder crear “dos clases de sociedad, los que están conectados y los que no”.
En cuanto a la transición ecológica, a Hernández le parece vital poder asumirla con el menor coste social. “Va a tener un coste social y hay que ver esa factura”, reconoce. En ese sentido, también observa costes para las empresas, que tendrán que abrazar esta tendencia en vistas de que mantener una elevada huella de carbono puede ser nocivo para su imagen pública.