Los tipos de interés en la eurozona subirán este año. Es la última referencia al incremento que ha realizado la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, sin especificar cuando, una referencia que todos los expertos dan por sentado que se debatirá en la reunión de su Consejo de Gobierno del mes de junio para […]
NacionalDirigentes Digital
| 05 may 2022
Los tipos de interés en la eurozona subirán este año. Es la última referencia al incremento que ha realizado la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, sin especificar cuando, una referencia que todos los expertos dan por sentado que se debatirá en la reunión de su Consejo de Gobierno del mes de junio para un pronto incremento.
Pero antes de ello, el Euribor, la referencia más utilizada en España en la que se basan los créditos hipotecarios, ya está anticipando su subida, que en su referencia a un año suma más de un 60% en lo que va de ejercicio, con sus niveles más elevados desde 2015. Tras las cotas negativas que ha mantenido este indicador desde 2016, ahora llega la hora de la verdad, y ya en abril cerraba levemente en positivo, anticipando que esto solo acaba de empezar.
Sobre las razones del incremento del Euribor están sobre nuestra mesa diaria: la inflación tiene buena parte de culpa, de ahí la esperada subida de tipos en la eurozona para contenerla y hacer frente al incremento generalizado de los precios, que se han propulsado debido a la guerra, pero que ya estaba presente en nuestras vidas tras el paso de lo peor de la pandemia. El encarecimiento de las materias primas y de toda clase de productos nos llevaba en abril a rozar el doble dígito en los precios que se tratará de combatir para que no asfixie a la economía.
Sin embargo, el incremento de los tipos impactará en el crecimiento y elevará los costes de financiación para familias y empresas, que deberán de hacer frente a créditos tanto más caros como más difíciles de conseguir en el mercado, con condiciones más difíciles de satisfacer para los solicitantes.
Las caídas del Euribor acumularon sus niveles más bajos en la historia del euro en los meses de diciembre de 2020, enero y febrero de 2021 y con otro importante en diciembre de ese mismo año. Estos recortes han posibilitado que los hipotecados a tipo variable y con revisiones anuales hayan disfrutado de pago de menor cuantía en los intereses a pagar durante cinco años.
En lo que llevamos de 2022, ese panorama se acabó porque, aunque persistían los movimientos en negativo, se produjeron subidas en los cuatro primeros meses del año, de modo que el incremento en los pagos ha crecido, lo que para una hipoteca media variable de 150.000 euros y a 25 años vista, puede suponer un pago de 31 euros más al mes y unos 368 euros anuales de incremento.
De hecho, en el mes de abril, en los datos diarios ya se han visto movimientos en positivo, y finalmente y por la mínima se ha concretado al cierre del ejercicio aunque mayo, de verdad, ya marcará la diferencia, el reverso real del Euribor, que anticipa la subida de tipos en la eurozona con todos los ojos puestos en julio.
De ahí que la tendencia de contratación en los préstamos para la compra de una vivienda esté variando a marchas forzadas. Si con los tipos en negativo pocos eran los que se planteaban hipotecarse a tipo fijo, ahora proliferan en el mercado. Según los últimos datos de Estadística, más de 7 de cada 10 hipotecas que se firman en España son ya a tipos fijo. En concreto, casi un 74% frente al 26% que se rubrican a tipo variable.
Eso también indica otro factor, que los cambios que se producen en las hipotecas son menores. Antes era una práctica habitual, cuando una u otra entidad financiera ofrecían mejores condiciones, pero tanto los cambios dentro de la misma, las denominadas novaciones, como las subrogaciones, el cambiar de banco, bajan en torno a un 35%. Los créditos a tipo fijo blindan ante las subidas de tipos previstas, que, a decir de los expertos, se seguirán implementando, al menos, durante un tiempo.
El precio de la vivienda acompaña a la inflación