“España disfruta de una situación excepcional en Europa”, cree la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández. Si uno ve las noticias, le costará estar de acuerdo con la presidenta de la CNMC, pero hay que aclarar que Fernández se refiere únicamente al suministro de gas natural y […]
NacionalDirigentes Digital
| 17 mar 2022
“España disfruta de una situación excepcional en Europa”, cree la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández. Si uno ve las noticias, le costará estar de acuerdo con la presidenta de la CNMC, pero hay que aclarar que Fernández se refiere únicamente al suministro de gas natural y no tanto a sus precios ni a los de la energía o los alimentos.
“Tenemos el suministro necesario, no tenemos carencia de gas”, insiste Fernández, si bien es cierto que aunque no falte el gas, influye en todo lo que está pasando en España y en otros países más dependientes del gas procedente de Rusia. Como ya contó DIRIGENTES, apenas el 9% del gas natural que usa España procede de Rusia, pero el precio es significativo para configurar también el mercado de la electricidad y, en definitiva, el coste de la luz.
Fernández espera que “el escenario de precios se normalizará” tarde o temprano, a pesar de que en este momento “el aumento de precios ha sido espectacular”. España no es una bala perdida en la escalada de precios por la guerra y, de hecho, Gran Bretaña ha superado “niveles inimaginables” de 2.000 euros el MW/h. Con todo, la media anterior al encarecimiento que se viene sufriendo desde finales de verano rondaba los 50 euros y ahora alcanza un precio medio de 544 euros el MW/h.
También aparece en escena el petróleo, cuyo valor se ha duplicado desde el año pasado. Ante eso, la OCDE emitió un informe especial para abordar qué consecuencias tendrá la guerra. La organización observa dos en particular: perjudicará la recuperación y hará que la inflación aumente aún más.
En la zona euro, se espera que la invasión tenga un efecto considerable, más que en ningún otra zona. Así, los países del euro notarán un impacto medio negativo de 1,4 puntos porcentuales en su crecimiento, mientras que en la OCDE y en Estados Unidos ese efecto se cuantifica en menos de un punto porcentual.
Lo mismo ocurre con la inflación, que golpeará más a Europa. En la zona euro, los precios subirán casi 2,5 puntos adicionales con respecto a lo que se esperaba, mientras que en el conjunto de la OCDE el aumento será de 2 puntos y en Estados Unidos, de 1,5 puntos.
¿Qué hacer ante esto? El secretario general de OCDE, Mathias Cormann, llama a los gobiernos a actuar con “cabeza fría”. Habrá que distinguir entre medidas a corto y a largo plazo. Entre las medidas a corto plazo, se recomienda realizar transferencias temporales a los consumidores vulnerables, como ya hacen Alemania y Francia. Se estima que la movilización de recursos tendría que rondar el 0,5% del PIB, unos 6.000 millones de euros en el caso de España.
Ese enfoque supondría mitigar “sustancialmente” el impacto económico sin que haya un aumento de la inflación. La OCDE prefiere este tipo de medidas en lugar de otras -no especifica cuáles pero se puede adivinar que se refiere a la bajada de impuestos- porque opina que no están orientadas a los que “realmente necesitan ayuda”, o bien crean “distorsiones contraproducentes”.
En cuanto al largo plazo, Cormann se reafirma en las declaraciones que ha hecho durante los últimos días. Habla de una “reevaluación de la estructura y el diseño ´mas apropiados del mercado para garantizar la seguridad y la asequibilidad de la energía”. En otras palabras, apuesta por reformar la manera en que se calculan los precios de la electricidad, a la vez que se avanza en la adopción de energías renovables.
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