El 17 de marzo, cuando se iniciaron las negociaciones para abordar la modernización del mercado laboral, el 31 de diciembre quedaba aún lejos. Era un plazo suficiente para poder dar a luz una legislación que convenga a todas las partes, a saber: sindicatos, patronal y Gobierno. Con el paso de los meses, la realidad se […]
NacionalDirigentes Digital
| 16 dic 2021
El 17 de marzo, cuando se iniciaron las negociaciones para abordar la modernización del mercado laboral, el 31 de diciembre quedaba aún lejos. Era un plazo suficiente para poder dar a luz una legislación que convenga a todas las partes, a saber: sindicatos, patronal y Gobierno. Con el paso de los meses, la realidad se ha acabado imponiendo y donde unos meten prisa, otros piden calma.
Hace ya tiempo que Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, dejó claro que este tema debería estar zanjado a finales de año, lo que en la práctica significa que debe haber un acuerdo entre patronal, sindicatos y Gobierno antes del día 28, cuando se celebra el último Consejo de Ministros del año que tendría que dar luz verde a la nueva ley. También cabe la posibilidad de que se celebre otro Consejo Extraordinario esa misma semana, lo que daría un par de días más de margen.
Esto da pie a varias consideraciones. La primera tiene que ver con las prisas que se han autoimpuesto todas las partes, que hasta hace unas semanas celebraban reuniones semanales. Durante esta semana del 13 de diciembre se han reunido todos los días, con el último hito de este miércoles, cuando el Gobierno ha presentado una nueva propuesta y la CEOE ha aceptado seguir negociando.
El presidente de la patronal, Antonio Garamendi, dejó caer ante los periodistas este jueves que la prisa “no es buena consejera” en este tipo de asuntos. En ese sentido, planteó dos alternativas:
–Que no se llegue a un acuerdo total y que el Gobierno presente una última propuesta, en cuyo caso CEOE pondría su firma o no en función de si lo considera aceptable.
-Que se continúen dando avances y el acuerdo sea cuestión de unos días más: “Si quedan horas para que concluya el plazo, lo lógico sería que se aplazara si seguimos avanzando”, plantea Garamendi.
Pero enfrente se sienta Yolanda Díaz. En apenas treinta segundos despachó las preguntas de la prensa que, en realidad, solo fue una. Su intención es cumplir el plazo y se muestra satisfecha de que todas las partes estén trabajando para que exista acuerdo. En su caso, sí que parece haber prisa: “Seguiremos trabajando contrarreloj para que España cumpla con la reforma laboral”.
Eso es lo que da por hecho Lorenzo Amor, vicepresidente de CEOE y presidente de ATA: “Vamos a agotar todos los plazos que nos ponga el Gobierno para intentar negociar un acuerdo”. Ni él ni Garamendi se han mostrado tan contundentes como en otras ocasiones con respecto a la voluntad de la patronal, se limitan a decir que “la voluntad de CEOE es alcanzar un acuerdo siempre que sea bueno para las empresas, el país y no sea un paso atrás en la competitividad de nuestro país”.
Con afirmaciones como estas, los empresarios dejan claro que están dispuestos a firmar y que no quieren ni siquiera plantear la idea de que puedan salirse del pacto, como pasó con la última subida del Salario Mínimo Interprofesional.
La vicepresidenta estuvo algún tiempo más que con los periodistas conversando con otros notables asistentes que se dieron cita en el Hotel Mandarin Ritz. No eran otros que el propio Antonio Garamendi, Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, y Lorenzo Amor. Este medio fue testigo de la vehemente gestiulación de Díaz al hablar con sus interlocutores en una de las salas privadas. La vicepresidenta, además, acudió al acto sin compañía de otros miembros del Gobierno.
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