Las tensiones comerciales, el endurecimiento de las condiciones financieras globales, así como el aumento de los precios del petróleo han enfriado la euforia de crecimiento que se venía viviendo en los últimos años. Es un hecho que se ha producido más intensamente en las economías emergentes, que han sufrido con mayor dureza las “señales de […]
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| 06 nov 2018
Las tensiones comerciales, el endurecimiento de las condiciones financieras globales, así como el aumento de los precios del petróleo han enfriado la euforia de crecimiento que se venía viviendo en los últimos años. Es un hecho que se ha producido más intensamente en las economías emergentes, que han sufrido con mayor dureza las “señales de fatiga” que muestra la recuperación de la economía mundial.
Según el Banco de España, esto ha provocado resultados dispares a lo ancho del mundo, y en especial en América Latina. En esa región el crecimiento rondará el 1,5% del PIB este año, por debajo del 2,7% que previó el BdE a principios de año, en su anterior Informe de Economía Latinoamericana.
En el caso de estas previsiones, hay que destacar el fuerte impacto de la recesión que vive Argentina, y el hecho de que Brasil vaya a crecer menos de lo esperado. La expansión de Argentina se cifraba en torno al 2% en los primeros meses de 2018, una mejora muy alejada de la realidad, puesto que se prevé que la economía de ese país retroceda un 2,6%.
Por su parte, Brasil tendrá “una recuperación más débil de lo esperado”, según explica el Banco de España. Se estimaba que la economía brasileña crecería este año un 2,3%, mientras que en una última revisión se rebaja esa estimación al 1,4%. En el año 2019 también se producirá un crecimiento menor del esperado, aunque mayor que en 2018. Se previó una mejora del PIB cercana al 3%, que ahora se reduce al 2,4%.
Aunque el crecimiento ha sufrido estas revisiones, existen países que mantienen unas expectativas positivas y contrarrestan los fiascos de Argentina y Brasil. Son Chile, Colombia y Perú. En estos países ocurre lo contrario: el crecimiento será mayor del esperado. Chile se acercará a una tasa de aumento del PIB del 4%, Colombia superará el 2,5% en 2018 y el 3% en 2019, mientras que Perú rondará el 4% en 2018 y 2019.
En lo que llevamos de 2018, “los mercados financieros latinoamericanos se han comportado algo peor que otros emergentes”, explica el Banco de España. En especial, se han depreciado el peso argentino (-47%) y el real brasileño (-19%). Este hecho ha tenido su origen en la normalización de la política monetaria estadounidense, al afectar a los elevados niveles de deuda en moneda extranjera, lo que ha influido en su capacidad de financiación y en su crecimiento.
Desde el Banco de España se apunta las reducidas expectativas en cuanto al potencial de crecimiento de América Latina. En parte, esa conclusión tiene que ver con la baja productividad, el reducido gasto en infraestructuras y con un rendimiento “escaso” de la educación. Así, esas razones obstaculizan la subida de las rentas en la región