China ha construido 75 zonas económicas e industriales, en los países pertenecientes a la iniciativa B&R, invirtiendo 18 mil millones de dólares. Estas inversiones han creado 200 mil empleos e ingresos impositivos para las arcas públicas locales superiores a los 2 mil millones de dólares.

El Fondo B&R, por otra parte, ha financiado inversiones valoradas en siete mil millones de dólares. Y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), con 25 proyectos aprobados en dos años, ha invertido otros dos mil millones de dólares. Sin embargo, empresarios del sector de las infraestructuras, han confesado a DIRIGENTES que muchas inversiones se hacen por razones políticas.

"El 95% de todos los parques industriales construidos por China no dan beneficios", señalan desde China Gezhouba Group Corporation (CGGC). El año anterior, mientras la inversión exterior china retrocedía, los fondos destinados a financiar infraestructuras dentro del marco B&R aumentaron un 11%. Por otra parte, el acceso al crédito de las multinacionales chinas ahora está condicionado a la estrategia B&R.

Según ha podido saber DIRIGENTES, algunos planes de inversión china en España no pueden llevarse a cabo sin el correspondiente certificado B&R. "Las firmas chinas tienen difícil acceso al crédito si sus inversiones no concuerdan con la estrategia de Pekín", reconoce un inversor en declaraciones a DIRIGENTES. Italia, sin ir más lejos, ha anunciado que será el primer país del G-8 en adherirse oficialmente a la iniciativa china B&R.

España y el Belt & Road

Por otra parte, según ESADE, la inversión china en España ha crecido desde los 10 millones en 2010 hasta sobrepasar los 850 millones de euros en 2015. Aun así, se trata de una cifra modesta, teniendo en cuenta que las inversiones chinas alcanzaron los 100.000 millones de euros nivel mundial.

El peso de España para la estrategia china depende en gran medida del papel que pueda tomar como puerta de entrada a la economía Latinoamericana. Las cifras invitan a tomar conclusiones, ya que China prevé invertir 250.000 millones de dólares en los próximos diez años, lo que le situará como segundo principal inversor en la región por detrás de Estados Unidos.