La tasa de crecimiento económico de China aguantó en torno al 6,4% en el primer trimestre. Las exportaciones netas, tras cuatro trimestres en negativo, han vuelto a contribuir positivamente al PIB. Y las reservas de divisas, fundamentalmente en dólares, han vuelto a niveles máximos del año (3,1 billones). La guerra comercial, en todo caso, no […]
InternacionalDirigentes Digital
| 14 may 2019
La tasa de crecimiento económico de China aguantó en torno al 6,4% en el primer trimestre. Las exportaciones netas, tras cuatro trimestres en negativo, han vuelto a contribuir positivamente al PIB. Y las reservas de divisas, fundamentalmente en dólares, han vuelto a niveles máximos del año (3,1 billones).
La guerra comercial, en todo caso, no parece estar teniendo un efecto significativo sobre los intercambios económicos de Estados Unidos con China. Según datos correspondientes al primer trimestre, las importaciones chinas de bienes estadounidenses han aumentado casi un 10%. Sin embargo, tras las últimas represalias comerciales anunciadas en ambos países, algunos sectores podrían comenzar a sentir los efectos perniciosos del proteccionismo.
La nueva batería de aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas afectan, fundamentalmente, a bienes finales e intermedios. Esto significa, por una parte, que la capacidad de compra del consumidor estadounidense se va a resentir. Y, por otro lado, que muchos productores norteamericanos van a ver subir sus costes ante un alza del precio de los bienes intermedios importados desde China. “Washington persigue, con esta medida, que esos bienes intermedios se vuelvan a producir en Estados Unidos”, señala Wang Yong, asesor del Banco Asiático de Desarrollo, preguntado por DIRIGENTES.
Este último extremo, sin embargo, es una distorsión del mercado imposible de llevar a cabo. “El salario del obrero americano medio es veinte veces superior al chino”, afirma Wang.
El empleo urbano ha repuntado ligeramente hasta llegar al 5,2%. El consumo doméstico y la inversión, sin embargo, han reducido sensiblemente su contribución al PIB. Pero el consumo ligado las actividades educativas, culturales o de ocio ha aumentado un 20%. La confianza del sector manufacturero se mantenía ligeramente optimista, antes de los nuevos aranceles, en torno a 50 puntos. Ahora, tras el recrudecimiento de la guerra comercial, está por ver cómo aguanta China. Por lo pronto, los planes de estímulo van a continuar, sosteniendo la inversión en infraestructuras e inmobiliaria. Todo ello mientras repunta la inflación, al 2,5%, si bien nadie espera subidas de tipos en 2019.