Diciembre ha traído el final del COVID-CERO en China. La estrategia consistía en cortar las cadenas de transmisión del nuevo coronavirus. Y, en la medida de lo posible, evitar tanto los contagios como las muertes inherentes a esta terrible pandemia del COVID-19. Esta estrategia fue declarada inviable por la OMS. Pero, mientras se aludía a […]
InternacionalDirigentes Digital
| 13 dic 2022
Diciembre ha traído el final del COVID-CERO en China. La estrategia consistía en cortar las cadenas de transmisión del nuevo coronavirus. Y, en la medida de lo posible, evitar tanto los contagios como las muertes inherentes a esta terrible pandemia del COVID-19. Esta estrategia fue declarada inviable por la OMS. Pero, mientras se aludía a una supuesta superioridad del sistema de gobernanza, Beijing decidió seguir adelante con ello.
Solamente en pruebas PCR, paralizadas tras las recientes protestas ciudadanas, China ha gastado casi doscientos mil millones de dólares. Las finanzas locales, atadas a la exigencia infinita del COVID-CERO, han sufrido tensiones. La economía china, en 2022, crecerá unos dos puntos porcentuales por debajo de su potencial. El desempleo general está en máximos de los últimos cinco años. El paro juvenil, en verano, llegó a alcanzar máximos del 20%. La confianza del consumidor chino ha caído hasta mínimos históricos. El índice PMI del sector servicios ha indicado contracción en seis de los últimos once meses. Y las exportaciones e importaciones chinas de noviembre han retrocedido dobles dígitos.
Solamente las ventas minoristas, que gracias al resiliente ecosistema digital chino han recuperado niveles previos a 2020, junto con una inversión extranjera directa en máximos históricos, ofrecen razones para ser optimistas. Esta misma semana, el primer ministro chino mantuvo un encuentro en Anhui, China, con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Y también recibió al presidente del Banco Mundial, David Malpass. Ambos altos funcionarios quisieron hacer una valoración directa, sobre el terreno, del estado de la economía china para 2023.
Las opciones, en estos momentos, se reducen a dos. Si sigue el COVID-CERO, estiman entidades financieras como Citigroup, la economía china crecerá apenas un 2% en 2023. Si las medidas se relajan, como todo parece indicar ahora mismo, el consenso del mercado estima un crecimiento superior al 4%.