En tasa interanual, la economía china ha crecido un 7,9%, si bien el dato trimestral es débil: un 1.3%, cuatro décimas inferior al crecimiento medio desde 2014. Las exportaciones han seguido aumentando, en Junio, un 32%. Pero el sector exterior, con las importaciones creciendo un 36,8%, ha reducido progresivamente su aportación al PIB. Se han […]
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| 16 jul 2021
En tasa interanual, la economía china ha crecido un 7,9%, si bien el dato trimestral es débil: un 1.3%, cuatro décimas inferior al crecimiento medio desde 2014. Las exportaciones han seguido aumentando, en Junio, un 32%. Pero el sector exterior, con las importaciones creciendo un 36,8%, ha reducido progresivamente su aportación al PIB. Se han desacelerado las importaciones procedentes del mundo desarrollado. Pero, por otra parte, China sigue aumentando su importación de materias primas de los países emergentes. Esto último seguirá ejerciendo una presión al alza sobre los mercados de las commodities a nivel internacional.
Según Wang Tao, economista jefe del banco UBS, las exportaciones chinas van a crecer un 22% en 2021. Y las importaciones crecerán algo más, este año, un 23%.
Sin embargo, la desaceleración económica china se debe a unos menores de inversión, sobre todo en activos fijos. En junio, sin ir más lejos, este indicador ha retrocedido un -1,5%. Según Alicia García Herrero, del Banco Natixis, debemos esperar “medidas de estímulo monetario” durante 2021.
Las ventas minoristas también se han desacelerado, en junio, hasta el 12,1%. La renta disponible de las familias chinas se ha incrementado, durante los seis primeros meses de 2021, un 5%. Y la propensión marginal al consumo, según Natixis, ha crecido del 61% al 65%. Todas estas variables, junto con los posibles estímulos monetarios mencionados anteriormente, sostendrán el crecimiento del consumo a corto-medio plazo.
El modelo basado en exportaciones baratas e inversiones masivas está agotado. China debe seguir incrementando sus niveles de consumo. Y las inversiones deben centrarse en sectores como los servicios o la tecnología. La inversión en infraestructuras, durante junio, se ha desplomado un -7,5%. Y la inversión sobre las empresas estatales también ha caído un -15,2%.