Las exportaciones e importaciones chinas ascendieron hasta los casi cinco billones, con doce ceros, de dólares. Y, técnicamente, estas cifras se sitúan por encima de los niveles anteriores a la pandemia. El comercio hacia la UE, segundo socio comercial de China tras las naciones del sudeste asiático (ASEAN), también creció un 13,7%. Y, mientras la […]
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| 08 nov 2021
Las exportaciones e importaciones chinas ascendieron hasta los casi cinco billones, con doce ceros, de dólares. Y, técnicamente, estas cifras se sitúan por encima de los niveles anteriores a la pandemia. El comercio hacia la UE, segundo socio comercial de China tras las naciones del sudeste asiático (ASEAN), también creció un 13,7%. Y, mientras la exportación de bienes electrónicos aumentó un 22,4%, la industria ligera lo hizo algo menos, apenas un 10%. “Estas cifras refutan las teorías del desabastecimiento desde China”, según aseguran varios analistas a DIRIGENTES. En realidad, los cuellos de botella tienen varios orígenes, no solamente uno. Y en ningún caso deben atribuirse a un país en concreto. “Los precios de la energía, coincidiendo con el alza reciente del petróleo, se han incrementado sobre todo en EE.UU.”, aclara Patrick Artus, del Banco Natixis, a DIRIGENTES. En Europa, además, el encarecimiento afecta también al gas natural.
Esta crisis de suministros, sin embargo, es una suma de muchos factores a la vez. La reducción del consumo de carbón, en China, tiene un objetivo claramente relacionado con su política medioambiental. China aspira a ser neutral en emisiones de carbono antes del año 2060. Pero tras la escasez reciente de energía, con cortes incluidos en algunas fábricas, las importaciones chinas de carbón de estos últimos meses están creciendo a tasas cercanas al 100%.
Otras fuentes del sector exportador también apuntan a la falta de contenedores. “El COVID-19 se expandió por otros países tras haber golpeado antes a China. Por tanto, cuando China había recuperado su actividad exportadora, en otras naciones se produjeron confinamientos. Esta situación provocó que muchos contenedores no fueran enviados de vuelta a China. Por esta razón, también faltan contenedores ahora”, relata un empresario peruano, afincado en Pekín, a DIRIGENTES. Durante la pandemia, además, hubo una reducción drástica en el consumo de los servicios. Por el contrario, muchas familias recluidas en casa incrementaron sus compras relacionadas con el hogar, desde muebles hasta electrodomésticos. Este pico en la demanda de ciertos bienes también ha ejercido bastante presión sobre determinados fabricantes. Pero dicha presión debería reducirse conforme se estabilice la situación epidemiológica del COVID- 19. “Algunas navieras están haciendo su agosto”, lamenta otro empresario español a DIRIGENTES. “Antes, reservar un contenedor costaba 2.500 dólares. Ahora, sin embargo, algunas empresas de transporte llegan a pedir hasta 25.000 dólares”, lamenta.
Desde movimientos especulativos, hasta un exceso real de la demanda o los efectos del coronavirus, todo está afectando a los suministros. También la falta de personal en los barcos. Es una cuestión logística, problemas puntuales e interrelacionados en todas las cadenas globales de suministro, los cuales deberán ir remitiendo conforme lo haga también la pandemia del COVID-19.