El cambio climático es un fenómeno global que afectará a todos los sectores de manera muy diferente. Claramente el sector del comercio al por menor también vivirá transformaciones. Tanto es así que entre las principales posiciones del fondo de renta variable gestionado por Schroders en torno a este tema se encuentran compañías como Amazon, que […]
InternacionalDirigentes Digital
| 03 jun 2019
El cambio climático es un fenómeno global que afectará a todos los sectores de manera muy diferente. Claramente el sector del comercio al por menor también vivirá transformaciones. Tanto es así que entre las principales posiciones del fondo de renta variable gestionado por Schroders en torno a este tema se encuentran compañías como Amazon, que no se asocian de manera obvia con este desafío, pero que, sin embargo, van un paso por delante en algunos aspectos sabiendo a lo que se enfrentan y también porque tienen el dinero para prepararse con antelación.
También es cierto que van a tener que esperar muchas críticas en los próximos años por la logística que realizan y la basura que producen, las malas condiciones de trabajo y que su modelo de negocio destroza el comercio local, según sus detractores. Aunque el experto en e-commerce y consultor Miquel Serracanta cree que es el consumidor que va a dar las pautas: “Y Amazon tiene la capacidad global y la liquidez para hacer lo que el consumidor manda”.
Por el momento el comercio online sigue creciendo, pero esto puede cambiar tan rápido como ha pasado con la situación del coche eléctrico en el sector de automóvil. Lo que está en auge hoy puede sufrir un bache enorme dentro de poco, porque la cantidad de plástico y cartón que se gasta en el comercio online no es sostenible. Por el momento solamente en el mercado más grande de la UE, en Alemania, las ventas en línea en 2018 fueron algo inferiores a los 53.300 millones de euros, según la Asociación alemana de comercio. La cuota de mercado del comercio total es del 10,8%. Amazon tiene con un 46% la porción más grande de esta tarta. Si ahora el consumidor quisiera consumir más productos frescos y prefiriera, otra vez, comprar en el barrio para proteger el planeta, el gigante americano “solo tendría que comprar una cadena de supermercados y poner Amazon Fresh como marca”, dice Serracanta. De hecho, Amazon compró en 2018 Whole Foods Market, una cadena de comida sana del Reino Unido por 13.700 millones de euros. Por el momento Amazon gestiona la oferta online de la cadena a través de su plataforma. Los americanos se posicionan, porque saben ya lo que puede pasar. Por ello acaban de abrir otra tienda “Amazon Go” , en Nueva York, dónde en esta ocasión se acepta también dinero al contado. Es solamente una cuestión de tiempo que estas tiendas también lleguen a Europa.
La tendencia general es tener tienda y comercio online en paralelo
En concreto, hay varios factores clave que justifican la presencia de Amazon en la cartera de Schroders como empresa sostenible, aunque a los consumidores no se lo parezca. Para empezar, es un proveedor de computación en la nube a gran escala y esta tecnología es mucho más eficiente que los centros de almacenaje de datos tanto en términos de costes como en emisiones de carbono. Asimismo, es decisivo su compromiso de conseguir que la mitad de sus envíos sean neutros en carbono para 2030. Por último, su modelo de reparto, cada vez más eficiente, y ahora con drones, es fundamental, al reducir los desplazamientos de las familias para ir de compras.
El sector minorista, al igual que el de la automoción, está frente a una revolución enorme en la que no sólo se van a introducir dentro de poco de manera masiva los robots, sino también experiencias de cliente nuevas como la manipulación con aromas o “showrooms” virtuales. Lo que va a cambiar dentro de poco también es la distribución de comida a casa tipo Deliveroo. Solamente China usa 20 millones de palillos de uso único al día. Sus empresas más grandes de entrega de comida a domicilio – Meituan, Ele Me y Baidu Takeout – realizan alrededor de 34 millones de entregas al día con entre 2 y 3 cajas de plásticos por cada encargo. Estas tres empresas ya han sido acusadas por ONGs por el impacto que tiene esta venta en el equilibrio ecológico. Publicando las malas practicas de empresas en redes sociales, las ONGs presionan cambios rápidos en la industria. Pero la empresa de análisis y investigación Dimitri Weideli junto con MIT Center for Transportation & Logistics ha demostrado en un estudio que la compra tradicional solamente es más ecológica que la de online si uno va a la tienda andando, en bici o en otros medios de transporte limpios.