Vale, Petrobras y Ambev son las tres mayores empresas de Brasil, el pilar sudamericano de los BRICS, bloque que ha quedado bajo un gran signo de interrogación después del 24 de febrero. Juntas, esas tres compañías tienen un valor de mercado de 226.000 millones de euros, de acuerdo con una medición realizada la segunda semana […]
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| 19 may 2022
Vale, Petrobras y Ambev son las tres mayores empresas de Brasil, el pilar sudamericano de los BRICS, bloque que ha quedado bajo un gran signo de interrogación después del 24 de febrero. Juntas, esas tres compañías tienen un valor de mercado de 226.000 millones de euros, de acuerdo con una medición realizada la segunda semana de abril por la consultora Economatica en la bolsa B3, la más importante de Latam. Actuando respectivamente en siderurgia, petróleo y bebidas -privada la primera, semipública la segunda y privada la tercera-, estas firmas identificaron ya en el primer trimestre de 2022 efectos inmediatos de la guerra en Ucrania materializados en el encarecimiento de insumos. Ahora, ante la incertidumbre sobre la magnitud y la duración del conflicto, además de la imprevisibilidad de las derivaciones que la intervención internacional podrá provocar, sus planes estratégicos continúan en línea con la perspectiva de recuperación que traían de la pandemia, pero ya entran en el radar consecuencias que podrán extenderse por, al menos, un año de aquí en adelante.
“Puede impactar nuestro negocio adversamente”, resumió Vale -en un informe a sus accionistas, el 14 de abril- apuntando que esta guerra podría llevar a “la interrupción de los flujos de comercio internacional, extrema volatilidad de precios e impacto en el sector de energía”. La siderúrgica prevé dificultades tanto si hay un aumento como si hay una reducción de la demanda de mineral de hierro, su principal producto y material indispensable para la fabricación de acero. En el primer caso, debido a su capacidad limitada de producir más rápido y, en el otro, por los altos costes fijos que supone poner en marcha sus procesos. Desde el 24 de febrero, sus títulos en la principal bolsa de Latam han subido, sumando cada ronda, un +40,61% hasta el 14 de abril. En el mismo período, la caída acumulada fue de -32,92%, registrando una máxima valorización el 8 de marzo, cuando llegó a 21,05 euros por papel.
En cuanto a Petrobras, la “joya de la corona”, está en plena transición de autoridades después de cortocircuitos del presidente Jair Bolsonaro con su anterior administración debido a los efectos políticos del aumento de los precios de los combustibles (subieron 24,9% en marzo, causando una mala impresión en los votantes que el mandatario quiere conquistar en pro de su reelección). La compañía, presidida desde el 14 de abril por José Ferreira Coelho, realizó (una semana antes de la asunción) una oferta de recompra de todos los títulos globales en circulación por un valor de 1.850 millones de euros. A pesar del efecto positivo en sus finanzas, analistas consideran que la política de precios no cambiará con el nuevo presidente.
En su más reciente informe (31/12/2021), la petrolera reportó un EBITDA de 46.178 millones de euros y un lucro líquido de 20.966 millones de euros, resultados ambos que califica de “significativos” y que atribuye al aumento del 77% del precio del Brent. En su plan estratégico 2022-2026, sin embargo, no hay alusión al conflicto Rusia-Ucrania. Allí se lee que, en ese período, la compañía se enfocará en petróleo y gas y que apunta a mantener la deuda bruta por debajo de los 65.000 millones de dólares, entre otras metas. Desde el 24 de febrero, sus títulos en la principal bolsa de Latam han subido un acumulado de +54,08% hasta el 14 de abril y presentaron una caída acumulada de -32,02% en el mismo período, registrando una máxima valorización el 2 de marzo, cuando llegó a 7,48 euros por papel
El conglomerado Ambev recibe el impacto directo de la valorización de materias primas que exportan Rusia y Ucrania y que son esenciales para la producción de su producto insignia: la cerveza. Brasil es el tercer productor global de la bebida y el país de Putin produce el 31% del trigo, cebada y maíz globales, al tiempo que el país de Zelensky el 29%. En 2021, la industria cervecera brasileña importó el 78% de la cebada y el 65% de la malta usadas para producir la bebida, según Sindicerv, el sindicato que reúne a las fabricantes del sector. De manera que la escalada de precios de esos insumos impacta como un misil en el esquema de precios del fabricante, donde representan cerca del 10% de los costes de producción, según un informe del banco Itaú BBA. Uno de los efectos de la escalada -que ya se observaba en la pandemia y se agudizó con la guerra- es que los consumidores cambian sus hábitos por marcas más baratas y por el lugar de consumo, abandonando bares y optando por sus hogares.
No obstante, el conglomerado -que tiene el 62% del mercado brasileño- cuenta con un fondo hedge que le protege de oscilaciones de precios de insumos y variaciones en los tipos de cambio para doce meses, indican sus informes institucionales. Más que en el aumento del lucro antes de EBITDA, la compañía pasó ahora a enfocarse en la métrica ROIC (retorno sobre el capital invertido), que aumentará en 2022 y 2023 a través de giro de activos, según un equipo de analistas del Citi que participaron de la presentación de resultados de la compañía, el 12 de abril. En media anual, en tanto, el ROIC podrá subir del 18% actual a 25% en un período de 10 años, indican. Desde el 24 de febrero, sus títulos en la principal bolsa de Latam han subido un total de +27,02%, sumando las rondas diarias hasta el 14 de abril. En el mismo período, presentaron una caída acumulada de -27,07%, registrando una máxima valorización el 1 de abril, cuando llegó a 3,08 euros por papel.
Por último, con un peso más evidente en la mesa diaria de los brasileños, la guerra en Ucrania -y el consecuente encarecimiento de las materias primas citadas- tiene un efecto inmediato en la producción de alimentos de origen animal, puesto que el maíz ruso y ucraniano alimentan a pollos y cerdos usados en la industria cárnica. Ello impacta negativamente en BRF, el principal conglomerado del sector, que ya se prepara para una reducción de los márgenes, indican los analistas. El cuadro se acentúa por efecto de la inflación, que ha subido en los últimos a niveles como los que no se veían desde los años 1990. En todo ese escenario de aspecto negativo, un punto positivo para la economía brasileña, señalan economistas y fuentes del mercado, es la valorización de la moneda brasileña frente al dólar, “pues ello ayuda a contrabalancear la presión en el precio de las materias primas” y, por ende, en la evolución inflacionaria. Persiste, con todo, la incertidumbre sobre cuánto durará el conflicto y qué otras derivaciones podrá haber a partir de una mayor reacción internacional a Moscú.