La guerra de aranceles entre Estados Unidos y China ya ha hecho tambalear las bolsas y Wall Street registró enormes pérdidas. Según los expertos, los consumidores e importadores estadounidenses serán los que paguen las tarifas de los distintos productos afectados. La respuesta china a los aranceles del pasado viernes de Trump no se hizo esperar […]
InternacionalDirigentes Digital
| 14 may 2019
La guerra de aranceles entre Estados Unidos y China ya ha hecho tambalear las bolsas y Wall Street registró enormes pérdidas. Según los expertos, los consumidores e importadores estadounidenses serán los que paguen las tarifas de los distintos productos afectados.
La respuesta china a los aranceles del pasado viernes de Trump no se hizo esperar y ahora está en el aire la firma de un acuerdo comercial entre las dos potencias económicas más grandes del mundo.
A los 200.000 millones de dólares de la Casa Blanca a los productos chinos (elevando así los aranceles a un 25% desde el 10% anterior), China contestó diciendo que elevaría las tarifas en 60.000 millones a más de 5.000 productos estadounidenses el 1 de junio, lo que supone una subida al 20% o 25% desde 10% actual. Los agricultores estadounidenses serán de los más afectados ya que los productos sobre los que recaerán las tarifas chinas incluyen cacahuetes, azúcar, trigo, pollo y pavo.
A pesar de que las dos economías más grandes del mundo han trabajado para firmar un acuerdo comercial que ponga fin a un conflicto cada vez mayor que amenaza con dañar la economía mundial, esta “batalla” arancelaria no hace sino intensificar la guerra comercial entre ambos países.
Los afectados de los aranceles: consumidores e importadores estadounidenses
El principal asesor económico de Trump, Larry Kudlow, ha admitido que los consumidores estadounidenses, y no China, ya pagan los aranceles a las importaciones y ese costo podría aumentar con los nuevos aranceles.
Trump ya ha amenazado con poner más impuestos a las importaciones chinas en otros 300.000 millones y si esto se lleva a cabo afectaría a una amplia gama de bienes de consumo (ropa, calzado, juguetes y aparatos electrónicos, como iPhones) que han estado exentos en su mayoría hasta el momento y podrían generar incrementos en los costos que notarán los estadounidenses en sus bolsillos. Expertos de Citigroup creen que eso podría llevar a cierta inflación en el entorno actual de inflación baja.
Las palabras de Kudlow contradicen los comentarios y tuits de Trump en los que afirma que las compañías chinas serán las que paguen los aranceles y habrá “una transferencia masiva de riqueza a los Estados Unidos desde China”. Sin embargo, casi ningún economista está de acuerdo con el punto de vista de Trump y la mayoría señala que son los importadores estadounidenses de productos de China los que pagan los aranceles.
Carl Weinberg, economista internacional jefe de High Frequency Economics, una firma de pronósticos, señaló que muchos productos fabricados en China no se fabrican en otros lugares. Es por eso que muchos importadores estadounidenses tienen pocas opciones más allá de pagar la tarifa. “Si quiere comprar un nuevo iPad, es el consumidor estadounidense quien pagará los derechos de importación, y no un trabajador en China”, explicaba Weinberg.
Según ha constatado en un informe Goldman Sachs, los precios al consumidor en las categorías afectadas por aranceles han aumentado mucho más que los precios de los bienes que no se ven afectados por los aranceles. Expertos de este banco afirman que los aranceles promulgados hasta ahora en la batalla comercial con China ya han elevado los precios de los bienes en las industrias afectadas mucho más que la tasa general de inflación.
Los bienes de consumo representan solo alrededor del 25% de los artículos a los que apunta el aumento de la tarifa arancelaria de Trump a los productos chinos impuesta la semana pasada. Sin embargo, los bienes de consumo representan aproximadamente el 60% de lo que queda de las importaciones de China.
Para el banco Goldman Sachs el impacto en los precios podría empeorar mucho más para los consumidores estadounidenses si las dos economías no pueden llegar a un acuerdo y “juegan” a lanzarse tarifas adicionales.
Larry Kudlow agregó que China sufrirá pérdidas por la reducción de las exportaciones a los Estados Unidos, pero no por el pago de los aranceles. Y admitió, además, que se avecinan “costos” para la economía de Estados Unidos. Aunque el asesor económico de la Casa Blanca minimizó el impacto económico de poner aranceles en todas las importaciones chinas diciendo que esto reduciría el crecimiento económico estadounidense solo en 0,2 puntos porcentuales.
Los economistas independientes, sin embargo, piensan que el impacto será mayor. Gregory Daco, economista de Oxford Economics, estima que reduciría el crecimiento de Estados Unidos en medio punto porcentual y costaría 300.000 empleos.
Caída de Wall Street
Los índices bursátiles de Estados Unidos cayeron con fuerza el lunes después de que China anunciara que el 1 de junio entran en vigor aranceles a los productos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares.
Los temores sobre el creciente impacto de la guerra comercial hicieron que el Dow Jones perdiera más de 650 puntos, mientras que el índice S&P 500 y el Nasdaq cayeron un 2,5% y un 3,3%, respectivamente. El Nasdaq vivió su peor jornada en lo que va de año.
Las acciones de las empresas de semiconductores o las compañías de chips fueron más afectadas como Advanced Micro Devices e Intel, ya que dependen de las redes de producción en Asia.
Las acciones de Apple, que consideran a China como un mercado importante para sus dispositivos y también manufacturas en el país, cayeron un 5,8%, mientras que el fabricante de aviones Boeing cayó más del 3%.
Negociaciones comerciales en punto muerto
La Casa Blanca explicó el viernes, tras poner en marcha sus aranceles, que Pekín se retiró de las principales partes de un acuerdo comercial en desarrollo. A pesar de ello, el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin y el Representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, calificaron como “constructiva” la reunión que mantuvieron con una delegación china en Washington la semana pasada, al frente de la cual se encontraba el viceprimer ministro chino Liu He.
Donald Trump, quiere que se aborden temas como el robo de propiedad intelectual, las transferencias tecnológicas forzadas y los déficits comerciales, y parece que China no está por la labor.
Estados Unidos acusa a China de robar tecnología y que presiona a las compañías estadounidenses para que entreguen secretos comerciales, como parte de una campaña agresiva para convertir a las compañías chinas en líderes mundiales en robótica, automóviles eléctricos y otras industrias avanzadas.
En un tuit Trump dijo que era mejor que el país asiático no tomase represalias a sus aranceles porque eso “solo empeorará la situación”. “Tuviste una gran oferta, casi completa, ¡y te retiraste!”, escribió Trump sobre China y su presidente Xi Jinping.
Aún así, el presidente estadounidense ha instado a Pekín a terminar las negociaciones comerciales y ambas partes han indicado que las conversaciones futuras son probables. El principal asesor económico de Trump, Kudlow, dijo que los funcionarios chinos han invitado al Representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, y al Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, a visitar Beijing, aunque no se ha programado nada.
Kudlow también explicó que Trump y el presidente de China, Xi Jingping, podrían reunirse a fines de junio en la conferencia internacional del G-20 en Japón.