El presidente del Banco Central Europeo (BCE) se muestra satisfecho con su política económica. Así lo deja ver su decisión de mantener el precio del dinero, al menos, hasta el verano del año que viene, aunque no descarta que ese margen de tiempo se extienda “durante el tiempo que sea necesario”, tal como ha anunciado […]
InternacionalDirigentes Digital
| 24 sep 2018
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) se muestra satisfecho con su política económica. Así lo deja ver su decisión de mantener el precio del dinero, al menos, hasta el verano del año que viene, aunque no descarta que ese margen de tiempo se extienda “durante el tiempo que sea necesario”, tal como ha anunciado Mario Draghi durante su comparecencia ante el Parlamento Europeo. Las razones para mantener esa estrategia es que de esa forma se puede garantizar una inflación inferior al 2%, según Draghi.
Por otro lado, cree que esta política monetaria ha contribuido de forma sustancial a la evolución económica positiva en la eurozona. En concreto, las medidas adoptadas por el máximo organismo monetario europeo han contribuido, según el BCE, a aumentar en un 1,9% el PIB de la zona euro entre 2016 y 2010. Esto supone que la posición del BCE seguirá siendo “acomodaticia”, a pesar de que espera reducir el ritmo de compra de deuda.
En cualquier caso, no renuncia a admitir que se ha producido una moderación del crecimiento en los primeros meses del año. Además, reconoce que se está produciendo un desajuste entre la oferta y la demanda de mano de obra, lo que le lleva a afirmar que “los mercados laborales se tensan”, y la prueba es que la tasa media de desempleo de la zona euro es del 8,2% en julio.
A pesar de los riesgos externos, como es el debilitamiento del comercio mundial, Draghi no cree que vayan a existir grandes frenos a corto plazo para el crecimiento de la economía europea y, de hecho, existen factores como la inversión empresarial o el aumento de los ingresos privados que respaldan la sólida posición de la Eurozona.
Por ello, el BCE calcula que durante 2018 la economía de la zona euro se expandirá un 2%, mientras que en 2019 el crecimiento será del 1,8% y del 1,7% en 2020, lo que supone “una ligera revisión a la baja”. Por otro lado, ha identificado un reto para su institución: “Llegar a los ciudadanos es clave para mantener la confianza en su banco central, y en la conveniencia y eficacia de sus políticas”.