Si algo caracteriza la economía, es que no siempre consigue predecir qué efectos pueden tener unas determinadas variables. Por mucho que se produzcan situaciones reminiscentes, cada momento y cada lugar marcan el devenir posterior de los acontecimientos. Por ello, aunque a día de hoy se observan distintas circunstancias que parecen conducir a la moderación del […]
InternacionalDirigentes Digital
| 01 oct 2018
Si algo caracteriza la economía, es que no siempre consigue predecir qué efectos pueden tener unas determinadas variables. Por mucho que se produzcan situaciones reminiscentes, cada momento y cada lugar marcan el devenir posterior de los acontecimientos. Por ello, aunque a día de hoy se observan distintas circunstancias que parecen conducir a la moderación del crecimiento mundial, las predicciones son más difusas conforme el horizonte temporal se prolonga.
En todo caso, en este momento “no hay motivos para que cunda el pánico por ahora”, afirman desde Robeco con el lanzamiento de Expected Returns, un estudio que analiza las eventualidades que pueden darse desde 2019 hasta 2023. El ritmo de expansión económica se mantiene en “buena forma y el crecimiento sigue siendo sólido”, asegura la gestora. En su percepción, el hecho de que el momento cumbre de la expansión económica ya haya pasado no significa que el crecimiento vaya a detenerse, “aunque sin excesos” apostillan en su informe.
Para explicar cómo se comportará la economía europea, hay que tener en cuenta la coyuntura de los otros dos principales polos económicos del mundo. Empezando por Oriente, China adolece de “unos niveles de endeudamiento insostenibles” y esa tasa “seguirá incrementándose”, algo que, sin embargo, no tendrá mayores repercusiones en estos próximos años, ya que desde Robeco se espera que China mantenga una tasa de crecimiento “relativamente elevada” sin que con ello desencadene una crisis financiera.
En lo que respecta a Estados Unidos, las perspectivas dependen de numerosas cuestiones relacionadas con la política de su presidente, Donald Trump. En primer lugar, con independencia de lo que ocurra en el terreno político, el hecho de que se esté produciendo la segunda mayor fase expansiva de su historia desde la Segunda Guerra Mundial, invita a pensar que durante los próximos años “probablemente asistamos a una recesión”.
El momento clave para el inicio de esa hipotética recesión sería noviembre de 2020, las próximas elecciones presidenciales. Para Robeco existen algunos factores que señalan esas fechas como el del inicio de una desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía norteamericana. Ese periodo estará marcado por las propias elecciones, por lo que el periodo prelectoral animará a las autoridades estadounidenses a dejar que la economía “crezca por encima de su potencial”.
De esa forma, entrarían en juego políticas que extenderían el ciclo económico que, en un momento dado, se volverían “insostenibles”. En cuanto a la guerra comercial, lo previsible es que se reduzca la tensión entre China y EEUU, lo previsible es que con el paso del tiempo resultara contraproducente.
El crecimiento económico europeo depende en gran medida de las circunstancias de China y Estados Unidos, por lo que, tanto el estímulo presupuestario estadounidense como la expansión de China ayudarán a que la economía en la zona euro siga creciendo. Además, desde Robeco añaden que esa situación evitará un choque frontal entre los principales estados miembros en relación con los compromisos de la zona euro.