Francia tiene un gran problema de endeudamiento público, igual que España. Por ello Emmanuel Macron había iniciado un ambicioso programa de reformas para reducir los altos gastos públicos. Las ayudas prometidas en la actual crisis empeoran la situación económica del país, aunque a corto plazo cierran algunas heridas abiertas. Viendo lo que gastan los países […]
InternacionalDirigentes Digital
| 13 abr 2020
Francia tiene un gran problema de endeudamiento público, igual que España. Por ello Emmanuel Macron había iniciado un ambicioso programa de reformas para reducir los altos gastos públicos. Las ayudas prometidas en la actual crisis empeoran la situación económica del país, aunque a corto plazo cierran algunas heridas abiertas. Viendo lo que gastan los países vecinos, el banquero Macron ha más que doblado las ayudas previstas para las víctimas económicas del Covid-19 a 100 miles de millones de euros. Así la deuda publica subirá este año a 112% del PIB. Alemania está ahora mismo en un 57%, lo que explica en gran parte su postura dura en el debate sobre los coronabonos, en el que a Francia se la oye poco.
El ministro de economía Bruno Le Maire compara la situación actual en Europa con 1929 y es muy franco con el impacto en las finanzas públicas de su país: “Este año nuestro déficit presupuestario subirá a 7,2%”. El impacto del cierre de la economía a causa del Covid-19 es más duro que en la crisis de 2009. Según Le Maire Francia entrará en la recesión más dura desde 1945, lo que es mala noticia para toda la UE. También deja claro que el estado francés, igual que el alemán con Lufthansa y el italiano con Air Italia, entraría en el capital de Air France si fuera necesario. También habrá un consorcio que ayudará a Air Liquide aumentar su producción de respiradores.
Macron tiene claro que es el momento de volver a proteger su país y retomar algunas producciones en Francia que se habían exportado a otros países por costes laborales más bajos. Pero no solamente piensa de esta manera proteger a su país, si no a las economías en toda Europa frente a China y EEUU, con los cuales hay luchas muy duras sobre el material de protección y también los avances farmacéuticos: “Hay que defender nuestras producciones y ampliarlas”. En medio de la pandemia, Francia piensa sobre todo en material sanitario, pero también en la industria farmacéutica, dónde ya hay mucha colaboración dentro de la UE y Europa se puede posicionar como líder mundial con Alemania, Suiza y Francia en frente. Un ejemplo en este contexto es Bayer que ha empezado a retomar la producción de un medicamento que según investigaciones franceses funciona en la lucha contra el Covid-19: Resochin, un antiguo compuesto contra la malaria.
Gracias a este tono proteccionista francés y europeo la popularidad de Macron ha registrado un fuerte aumento en estas semanas, después de meses de duras protestas contra su programa de reformas que ahora es inevitable para salvar el país. Su estilo autoritario que antes no gustaba ahora conviene. Según la última encuesta publicada, del instituto Ifop Fiducial un 46% de los franceses ve positiva su gestión, 13 puntos más que hace un mes. En este sentido tampoco hay tanta discusión como en España sobre si las medidas del Gobierno son las correctas o no a pesar de altas cifras en infecciones y muertos en Francia. Lo que hace que los franceses tengan que seguir también en los próximos días restricciones duras para bajar la atención hospitalaria de casos Covid-19. Por el momento estas limitaciones de la vida social son similares a las de España, pero en Francia las personas pueden por lo menos salir una hora al día de casa y no es necesario llevar perro o bolsa de compras para fingir otra razón que un paseo.
La ventaja de Macron es ahora que es un gran orador tipo Barack Obama, lo que le ayuda en estos tiempos que la gente tiene mucha inseguridad sobre cómo serán los próximos meses y que impacto la crisis tendrá en sus familias y cuentas bancarias. Macron teme igual que Pedro Sánchez una segunda ola de infecciones y por ello no quiere bajar la guardia. Igual que en España, los franceses normalmente conocidos por su rebeldía, le hacen caso y siguen las reglas del juego. También porque las imágenes del caos en los hospitales y la situación tan inhumana de la despedida a los muertos, que oficialmente llegan ya a más de 15.000, da miedo a muchas familias. Igual que España el país no solamente sufre altas cifras de infecciones sino es también víctima económica en el lado turístico, siendo el primer destino europeo para viajeros de todo el mundo. Didier Arino, director de la agencia de promoción turística Protourisme lo advierte: “Las vacaciones este año en Francia serán muy francesas ”.