Se trata de la mayor indemnización hasta la fecha contra la firma estadounidense que ha tenido que hacer frente a más de 13.000 denuncias de hombres que dicen que el fármaco les causó efectos secundarios provocándoles el agrandamiento de las glándulas mamarias.
El medicamento en cuestión, Risperdal, es un neuroléptico que comercializó en exclusiva Johnson&Johnson (J&J) desde 1994 hasta 2008. El fármaco está indicado para tratar la esquizofrenia, el trastorno bipolar o la irritabilidad asociada al autismo. Fue uno de los medicamentos más vendidos en el país para tratar, sobre todo a niños, ahora adultos, que han demandado a la compañía porque dicen que el Risperdal les ha causado ginecomastia, o crecimiento de los senos en los hombres.
Según la sentencia de un jurado de Filadelfia, Johnson&Johnson conocía estos efectos secundarios pero no no advirtió del riesgo a sus clientes. El jurado ha condenado a la multinacional a indemnizar con una cifra de récord, 8.000 millones de dólares, a un solo hombre, Nicholas Murray, de 26 años, por daños punitivos porque no se le advirtió que el medicamento le podría provocar el crecimiento de los pechos. Murray denunció que desarrolló senos después de que sus médicos le recetaran el medicamento en 2003, a los 9 años, cuando le diagnosticaron un trastorno del espectro autista. Los abogados del demandante, argumentaron que Johnson&Johnson puso por encima “las ganancias sobre los pacientes” cuando comercializó el medicamento Risperdal.
J&J ya ha dicho que apelará el fallo porque le parece “extremadamente desproporcionado, excesivo e infundado”. La compañía expresó que confía en que la sentencia sea revocada, y dijo que el tribunal evitó que su equipo legal presentara una "evidencia clave” en el etiquetado del medicamento.
Johnson&Johnson podría enfrentarse a más indemnizaciones por daños y perjuicios en otros casos de Risperdal.
No es la primera vez que el gigante estadounidense se ve envuelto en un caso como este. Johnson&Johnson ha tenido que pagar otras multas millonarias por demandas sobre sus productos.
Entre ellas, enfrenta desafíos judiciales sobre implantes de malla vaginal para tratar el prolapso de los órganos pélvicos y la incontinencia y que dejaron a las pacientes con molestias severas de por vida.
Otro de los productos denunciados es el talco para bebés comercializado por J&J, que está contaminado con asbesto y que podría provocar cáncer. Así lo afirman varias sentencias. Entre ellas la ganada por 22 mujeres que han recibido 4.690 millones de dólares después de que un jurado en Misuri les diera la razón sobre que dicho talco les ha ocasionado cáncer de ovarios. Este mismo año otro jurado ordenó a Johnson&Johnson a pagar 25 millones de dólares a una mujer que dijo que contrajo un cáncer raro relacionado con el asbesto a través de décadas de uso diario de talco. J&J enfrenta más de 14.000 reclamaciones del mismo tipo por su talco.
Estos casos se suman a una batalla legal en curso sobre su papel en la crisis de adicción a los opiáceos de EE.UU. Johnson&Johnson comercializó los calmantes Duragesic y Nucynta que podrían haber contribuido a la epidemia de opiáceos en el país. En agosto, J&J recibió la orden de pagar 572 millones por un juez en Oklahoma quien dictaminó que la compañía contribuyó a una epidemia de opiáceos en el estado al realizar una campaña de ventas “falsa y peligrosa”. La firma dijo que apelará. Más recientemente, acordó una cifra de 20,4 millones de dólares con dos condados en Ohio antes de que tuviera lugar un juicio sobre la crisis de los opiáceos, programado para este mes.