La alimentación será el tema clave de esta década. España ya es el octavo país del sector según facturación a nivel global. La logística de alimentos, sin embargo, representa todavía un gran reto, al igual que la lucha contra el desperdicio. Las exigencias de Bruselas a nivel de fertilizantes y sostenibilidad son cada vez más […]
InternacionalDirigentes Digital
| 17 mar 2022
La alimentación será el tema clave de esta década. España ya es el octavo país del sector según facturación a nivel global. La logística de alimentos, sin embargo, representa todavía un gran reto, al igual que la lucha contra el desperdicio. Las exigencias de Bruselas a nivel de fertilizantes y sostenibilidad son cada vez más estrictas. Aun así, la explotación laboral y los escándalos sanitarios están a la orden del día en la cadena de producción en todos los países. Además, los márgenes son pequeños y se gana solamente con grandes volúmenes. Muchos países como Alemania, pero también España, han cambiado las leyes para fomentar la economía local y prohibir la venta a pérdida, pero los lobbies de los grandes grupos alimentarios son todavía muy poderosos. Así, en un plato congelado en un supermercado en Alemania se pueden encontrar hasta ocho países diferentes en cuanto al origen de sus ingredientes.
Muchos millones del plan español dentro de los fondos “Next Generation” de Bruselas se dedicarán a proyectos de monitorización del mundo agrícola y a la mejora de la logística y producción del sector alimentario. “El cuidado de los recursos será cada vez más importante, la huella de carbono y nitrato serán pronto una realidad y otro factor en la decisión de compra,” dice el experto agrónomo Rafael Álvarez. Lidl, y su matriz Schwarz Gruppe, pretenden ser uno de los líderes en esta evolución. Su ventaja principal es su tamaño. Su facturación llegó en 2020 a 125.300 millones de euros, de los que 6.500 millones se han ganado en España donde la empresa tiene una importante estrategia de expansión prevista. La plantilla global llega ya a 500.000 personas, sus tiendas a 12.900.
Hace 10 años justamente los supermercados de descuentos alemanes eran considerados como los malos en el sector. Como Zara o Mango en el mundo de la moda, Lidl apuesta ahora por el camino verde todavía poco explotado en España. “Los Verdes” en Alemania, desde hace décadas, promocionan una agricultura local y ecológica. Mientras en España todavía hay pocas granjas con tienda, en el país germano está de moda comprar queso y carne directamente del campo, al igual que en Escocia o Francia.
“Sin embargo, en España el porcentaje de la cesta de la compra dedicada a productos bio todavía es pequeña en comparación con otros países del norte de Europa como Dinamarca o Alemania,” dice la responsable de políticas de responsabilidad cooperativa de Lidl, Michaela Reischl. La producción ecológica en España ha crecido cada vez más también gracias a la demanda alemana. De hecho, desde la llegada de Lidl a España en 1994, la compañía ha adquirido producto nacional por valor de más de 50.000 millones de euros. Gran parte de esta compra es “bio” y se exporta a sus tiendas en otros países, sobre todo a Alemania, donde la diferencia de calidad entre carne ecológica y la que no lo es todavía es muy grande.
Estos lazos comerciales entre los países en el mundo agroalimentario no están libres de polémica. La asociación de granjeros en Alemania, Deutsche Bauernverband, se ha quejado últimamente sobre el aumento de la ganadería intensiva en España: “No podemos exigir a los granjeros alemanes que lo dejen para que luego se importe carne barata desde España”, decía su presidente Joachim Rukwied. Escándalos como la intoxicación del Mar Menor o la sequía del Parque de Doñana preocupan a muchos expertos ambientales en Alemania y España. Creen que la responsabilidad la tienen tanto el productor como el comprador de este tipo de agricultura.
“En Lidl España contamos con más de 120 artículos bio y somos el principal comprador bio de la huerta española, siendo una clara apuesta de futuro para nosotros,” dice Reischl. Desde hace algunos años y con el inicio en España, Lidl apuesta por un cambio en el mundo del descuento, también con su competidor Aldi en la nuca que, ya se había posicionado antes que Lidl como supermercado de bio-productos a buen precio y muy buena calidad. En el ámbito de los embalajes, sin embargo, Lidl ha avanzado de tal manera que muchas otras cadenas de supermercados tendrán un problema para seguir sus pasos. La filial de Lidl, PreZero, fue noticia el año pasado después de completarse la adquisición del negocio de Medio Ambiente en España y Portugal del grupo Ferrovial, una operación valorada en 1.032 millones de euros. Ya es de uno de los grupos europeos más importantes de la gestión de residuos, con 30.000 empleados en plantilla y 430 localizaciones entre Europa y Norteamérica. Para Lidl, como para muchos otros del sector, ser “green” es un negocio, más bien, que una convicción dicen algunos expertos. Sin embargo, otros restan importancia a este interés mientras sirva para ser más sostenibles.
El efecto aceite de girasol: qué hacer frente a la falta del “granero de Europa”
La guerra entre Rusia y Ucrania encarece los alimentos básicos