En un mundo globalizado, donde las cadenas globales de producción son la norma, una guerra comercial puede ser letal. Más todavía si dicho conflicto golpea de lleno a China, la fábrica del mundo, como está sucediendo. En este punto, es necesario recordar que un 65% del comercio mundial corresponde a bienes intermedios, según la OCDE. […]
InternacionalDirigentes Digital
| 04 oct 2018
En un mundo globalizado, donde las cadenas globales de producción son la norma, una guerra comercial puede ser letal. Más todavía si dicho conflicto golpea de lleno a China, la fábrica del mundo, como está sucediendo. En este punto, es necesario recordar que un 65% del comercio mundial corresponde a bienes intermedios, según la OCDE.
Al Reino Unido, por ejemplo, la guerra comercial le está afectando en dos direcciones. Por un lado, afecta negativamente a las exportaciones de empresas británicas, deslocalizadas en China, hacia Estados Unidos. Y, por otro, el alza general de los aranceles resta competitividad a unos bienes que, normalmente, son fabricados en varios países. Las exportaciones británicas han pasado de crecer un 14% interanual a hacerlo solamente un 2%. Y compañías automovilísticas como Daimler han sufrido una reducción de sus beneficios cercana al 30%. El sector automovilístico, que suma un 20% de todas las exportaciones británicas, es sintomático del desastre. Pero también lo es la electrónica de consumo, donde otros muchos países, como Corea del Sur o Japón, también se están viendo seriamente afectados.
Según ha podido saber DIRIGENTES, algunas grandes empresas españolas tienen previsto abandonar China tras la subida de aranceles en Estados Unidos. ‘Dentro del mercado chino tenemos limitado el acceso, pero fuera nos están subiendo los aranceles si vendemos desde China, por lo que ahora compensa trasladar la producción a otros países’, confiesa un CEO español a DIRIGENTES. Sea como fuere, 2019 podría comenzar con subidas generalizadas de aranceles estadounidenses sobre todas las exportaciones chinas, el 100%. Si esta guerra comercial se recrudece, considerando que ambas potencias suman la mitad del PIB mundial, el resto del mundo va a sufrir las consecuencias. Reino Unido solamente está dando la primera voz de alarma.