A pesar de que la recaudación de impuestos sigue a bien ritmo en España en lo que va de año hay dos tasas nuevas, que rompen esta dinámica positiva. Dinero recordemos ya comprometido y que, al ritmo que se recauda, no cumplirá las expectativas previstas para 2021. Hablamos de las popularmente conocidas como tasa “Google” […]
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| 07 dic 2021
A pesar de que la recaudación de impuestos sigue a bien ritmo en España en lo que va de año hay dos tasas nuevas, que rompen esta dinámica positiva. Dinero recordemos ya comprometido y que, al ritmo que se recauda, no cumplirá las expectativas previstas para 2021.
Hablamos de las popularmente conocidas como tasa “Google” y la tasa “Tobin”, dos nuevas figuras impositivas que entraron en vigor el pasado mes de enero y que no han resultado como se esperaba. De tal modo, que incluso la primera es más que probable que desaparezca con vistas a 2023.
El Impuesto a las Transacciones Financieras, más conocido como la tasa “Tobin” es un tributo indirecto que grava la compra de acciones de las compañías cotizadas cuya capitalización bursátil supere los 1.000 millones de euros. Esto supone que cualquiera que compre acciones del Ibex o del Mercado Continuo en compañías como Coca cola, FCC, Rovi, Corporación Financiera Alba, Catalana Occidente … tendrá que pagar en cada operación un 0,2% del total a las arcas del Estado.
Un impuesto que ya comenzó con mal pie cuando se conoció que su primera liquidación no se produciría hasta el mes de abril, frente a lo previsto, que se produjera en febrero. Esto se debió al retraso en aprobarse del desarrollo de su reglamentación por las prisas para que entrara en vigor a principios de este año. Finalmente, los cálculos estimados tampoco se han cumplido, ya que la primera liquidación se produjo en junio.
Ese es uno de los factores que explica la baja recaudación, al que se suma, el reconocimiento de Jesús Gascón, el director de la Agencia Tributaria de que Hacienda no había hecho como debía las estimaciones de recaudación, admitiendo errores en los números previstos.
De hecho, sobre los últimos datos disponibles, correspondientes al mes de octubre, la recaudación alcanza los 237 millones de euros por la tasa “Tobin”. Esta cantidad supone apenas un 27,8% del total de los 850 millones de euros previstos por el gobierno para todo el presente ejercicio, poco más de una cuarta parte de lo inicialmente estimado.
Desde la CECA, la Confederación Española de Cajas de Ahorros se espera que la recaudación global en este primer ejercicio de implantación de la tasa “Tobin” alcance entre 300 y 400 millones de euros, menos de la mitad de lo previsto por Hacienda, si se mantiene el ritmo actual en la compraventa de acciones.
El caso acontecido con la tasa “Google” tiene una dinámica diferente, aunque de consecuencias similares que incluso tiende a su desaparición por las relaciones con Estados Unidos y el acuerdo de rebaja de aranceles con Bruselas.
Recordemos que la conocida popularmente con ese nombre o como “impuesto digital” se llama en realidad Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales y sirve para gravar a las operaciones de las grandes tecnológicas – que recauden al menos 3 millones de euros en España- con un 3% de sus ingresos que provengan de servicios de publicidad o intermediación online y transmisión de datos.
En España, incluso, entró en vigor antes que, en muchos países europeos, lo que, a la postre no ha servido para potenciar su recaudación, como ahora veremos. Como en el caso anterior, su primera liquidación, incluso se retrasó mucho más, y no se ha producido hasta el mes de julio.
Hasta octubre, contabilizando los diez primeros meses del año, la recaudación en concepto de la tasa “Google”, que lleva el nombre de la empresa que más recauda por publicidad en línea en todo el mundo, apenas asciende a 95 millones de euros. Para todo el presente año fiscal las previsiones de Hacienda alcanzan los 968 millones de euros, ya rebajados de los 1.200 millones de euros que se esperaba recaudar en inicio. Es decir, apenas algo más de un 9% frente a lo estimado.
Además, se trata de un impuesto que fecha de caducidad. En octubre, España, junto con Francia, Italia, Austria y Reino Unido llegaron a un acuerdo con Estados Unidos para que las multinacionales americanas paguen la tasa global del Impuesto de Sociedades, acordada entre la OCDE y en el seno del G-20, con lo que el compromiso de permanencia de la tasa “Google” rige hasta el 31 de diciembre de 2023.
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