En 2021, las exportaciones de café colombiano a China casi se triplicaron, superando los 40 millones de dólares. La industria cafetera de Colombia, que proporciona más de 500.000 empleos directos, busca seguir creciendo en uno de los países más arraigado a la cultura del té. DIRIGENTES ha podido conversar con una pujante distribuidora de café […]
InternacionalDirigentes Digital
| 04 ene 2023
En 2021, las exportaciones de café colombiano a China casi se triplicaron, superando los 40 millones de dólares. La industria cafetera de Colombia, que proporciona más de 500.000 empleos directos, busca seguir creciendo en uno de los países más arraigado a la cultura del té. DIRIGENTES ha podido conversar con una pujante distribuidora de café colombiano en China, LAFEIKA, gracias a PROCOLOMBIA.
El pasado mes de noviembre tuvo lugar, en Shanghai, la 5ª Exhibición Internacional de Importaciones de China (o CIIE, según sus siglas en inglés). Las importaciones en China alcanzaron los 2,6 billones de dólares, un 11,9% del total mundial. Y con Latinoamérica, prácticamente, ha duplicado sus intercambios comerciales desde 2012.
LAFEIKA es una joven empresa colombiana dedicada a la distribución de café del país sudamericano, entre otros productos, en China. Magaly Martínez, una de sus fundadoras, declaró a DIRIGENTES, desde la CIIE en Shanghai, que su motivación inicial fue poner en valor el trabajo artesanal de los caficultores colombianos. “Buscamos trasladar el concepto del café de Colombia, directamente, al vendedor minorista”, afirma Martínez.
Con este modelo de negocio no solo es posible acercar sin filtro alguno la labor del caficultor colombiano al consumidor final chino, sino que alrededor de todo el proceso se puede crear una marca o concepto de alto valor añadido como es el café de Colombia. “Nosotros trabajamos con un grano que se cultiva a 1.960 metros de altitud sobre el nivel del mar, lo cual convierte a nuestro café en algo único”, reflexiona la empresaria desde CIIE. Pero abordar un mercado tan exigente como el chino también requiere buscar y ofrecer el máximo valor añadido a los consumidores.
“Además del exclusivo café Altitud 1960, también nos hemos tenido que esforzar en desarrollar un concepto. El mejor café conecta experiencias, momentos, personas y tradiciones. Todos hemos invitado a alguien para tomar un café. O hemos celebrado reuniones importantes alrededor de un buen café. El artista colombiano, Andrés Ribón, es quien nos ha estado ayudado a expresar todos estos conceptos con la técnica del arte infinito. Muchas caras que, unidas, transmiten una sola idea”, valoró la cofundadora de LAFEIKA. Cada paquete vendido aquí en China ofrece información detallada sobre la finca, los procesos de producción, el cuadro del artista y las experiencias que se derivan al degustar una taza de café Altitud 1960.
“Invertir en plataformas digitales chinas hace la diferencia entre ser irrelevante o volverse viral”, reflexiona Martínez. Efectivamente, más de la mitad de las ventas minoristas se ejecutan ahora a través del comercio electrónico, cuando ese porcentaje era solamente un 34,1% en 2019. Y la tasa de penetración de usuarios de e-commerce, en China, se sitúa en estos momentos alrededor del 80%. Pero el contacto físico con los clientes, en ferias como la edición reciente de CIIE, también sigue siendo fundamental.
“Antes era relativamente sencillo cerrar contratos de importación de contenedores desde Colombia para los importadores chinos. En las ediciones de CIIE de 2021 y 2022, sin embargo, los contratos se han podido cerrar con distribuidoras locales pero solo si el producto ya estaba en China”, afirma la empresaria ¿Y cuánto pueden llegar a vender en un mercado como el chino? Según la cofundadora de LAFEIKA, THE COLOMBIAN FACTORY (TFC), uno de los grupos que conforman la empresa, comercializa cada año unas 15-20 toneladas de café verde orgánico tipo Geisha en China. LATIN COFFEE SAS, otro de los grupos integrados en LAFEIKA, puede llegar a mover hasta 40 toneladas de cafés especiales. Y también representan a El Paraíso, El Diviso y otras fincas reconocidas por el proceso de producción cafetera en Colombia. “Con Altitud 1960, por ejemplo, ofrecemos cinco variedades distintas cada dos meses. Queremos que el consumidor chino pueda experimentar con la diferencia de sabores”, revela Martínez. Una bolsa de 227 gramos puede valer de 11 a 40 dólares, en buena parte, gracias al valor añadido que se ofrece con un producto exclusivo y único. “China, además, exige una diferenciación de los mercados por regiones. Lo que funciona para Shanghai, por ejemplo, podría no servir en otras provincias limítrofes como Zhejiang o Jiangsu”, reflexiona la emprendedora colombiana. Por último, añade, la expansión del café no implica necesariamente un cambio de hábitos en China. “Se trata de encontrar un espacio natural para que el consumidor chino lo pruebe y, cuando lo valore realmente, repita siempre con independencia del precio”, afirma.
Magaly Martínez es una empresaria colombiana, procedente de Ibagué, con formación universitaria en negocios internacionales. Llegó a China para realizar una pasantía en 2011. Y, tras un aprendizaje de varios años, fundó la empresa THE COLOMBIAN FACTORY (TFC) junto a uno de sus mejores amigos, Alexander Ayala. TFC trabaja con la finca Villa Coffee, en Tolima, una unidad de producción de café agroecológicamente sostenible. Y también con la finca Nápoles, del departamento de Magdalena, donde esta familia cultiva café desde 1960. De la unión con otra empresa, LATIN COFFEE, nació recientemente LAFEIKA. Y, además de distribuir el café de Colombia en China, también trabajan con otros productos como snacks, frutas frescas o chocolates colombianos del eje cafetero como TERRA DULCE.