Con la llegada de la crisis económica a España y la consecuente contracción de la actividad, un gran número de empresarios avistaron en el exterior la solución al problema. Una década después el país puede presumir de ser una economía abierta que exporta bienes y servicios por encima del 33% de su PIB. Y aunque […]
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| 27 jun 2018
Con la llegada de la crisis económica a España y la consecuente contracción de la actividad, un gran número de empresarios avistaron en el exterior la solución al problema. Una década después el país puede presumir de ser una economía abierta que exporta bienes y servicios por encima del 33% de su PIB.
Y aunque más de la mitad de los ingresos de ese pastel exportador se lo reparten entre el 0,5% de las compañías internacionalizadas, cuya facturación foránea supera los 50 millones de euros anuales, lo cierto es que en esta nueva senda de crecimiento las pequeñas y medianas empresas también han tenido un papel destacado en el proceso.
Si bien el destino es heterogéneo, algunas regiones como Latinoamérica no solo representan un manantial de oportunidades, sino que además, cuentan con “ambiciosos” proyectos de inversión. Lo dice el consejero delegado del ICEX, Francisco Garzón, durante su intervención en el seminario ‘Infraestructuras en América Latina’, donde se puso de relieve las posibilidades que presenta el continente americano para las empresas españolas, principalmente en materia de obra civil.
Un ámbito donde están presentes las pymes que participaron en el encuentro organizado por Casa de América en colaboración con IE Business School, como el presidente de PECSA, Ignacio Aracil; el director general de negocio de Structuralia, Juan Antonio Cuartero; el consejero delegado del Grupo Álava, Francisco Herrero de Santos; y el representante del Grupo Ortiz, Raúl Arce Alonso.
Además de desarrollar su actividad en el mismo sector y comenzar su expansión a raíz de la crisis, a excepción de PECSA, que desembarcó en Chile en 2005, todos ellos coinciden en las dificultades que han tenido que afrontar en esta andadura internacional y que se resumen en cuatro:equivocarse, diferencias en el lenguaje, buscar un socio local y humildad. “Los procesos de negociación son muy largos”, resaltó Cuartero en alusión a las diferencias en los tiempos que se manejan para cerrar un acuerdo. México, Colombia, Perú, Argentina o Chile son los principales países con mayor potencial para el sector de la construcción a pesar de los efectos derivados en la zona del caso Odebretch, que afecta a media Sudamérica.
En paralelo, Latam crecerá un 2,6% entre 2018 y 2020, lo que supone una pérdida de terreno si se compara con los países emergentes de Asia y Europa, que proyectan resultados del 6,5% y del 3,7%, respectivamente, para este mismo período, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, el ICEX insiste en que la región debería invertir alrededor del 3% de su PIB anual para mejorar las infraestructuras.
En este sentido, el profesor de Economía del IE Business School, Juan Carlos Martínez Lázaro, puso énfasis en la red de infraestructuras, que si bien dejan “mucho que desear” en su conjunto, existen diferencias muy dispares entre países. En concreto destacó las viarias y ferroviarias, un aspecto casi inexistentes en Perú, Colombia y Honduras, mientras que México, Argentina, Chile y Uruguay salen mejor parados.
El experto incide en el ligero crecimiento que ha experimentado la red de ferrocarriles entre el período 2007-2015. Otro de los asuntos que resaltó Martínez Lázaro es el mercado de la energía. Aunque la región ha dado un paso de gigante en acceso a la electricidad desde 1990, en el momento actual aún hay casi 20 millones de personas que carecen de ella, especialmente en zonas rurales de Centroamérica.
El 50% procede de energía hidroeléctrica, por lo que la innovación se encuentra en las alternativas como la solar o la eólica. El índice de competitividad global elaborado por el Foro Económico Mundial, donde se analizan diferentes competencias de un total de 137 países, sitúa a España en el puesto número 11 en materia de infraestructura ferroviaria, muy por encima de Latam.
“La formación de los ingenieros españoles es excelente”, subrayó Cuartero en línea con la opinión de Herrero de Santos, quien considera que, a pesar de las discrepancias a la hora de gestionar, “aportan conocimiento y el saber hacer de las infraestructuras”.
En su contra actúan la imposibilidad de incrementar el gasto público para destinarlo a este tipo de inversiones e inestabilidad parlamentaria. “Tenemos planes para los próximos 30 años. Lo que pasa que la política te juega malas pasadas. Más que realidad vivimos de expectativas y los cambios del entorno nos afectan de manera considerable”, sentencian desde Structuralia.