Con una población de 600 millones de personas, de la que un tercio aún no está bancarizada, y una clase media en constante expansión, Latinoamérica es una clara oportunidad y una potente palanca para el crecimiento a medio plazo de Banco Santander. La región representa un 48% de los beneficios del grupo -frente al 52% […]
InternacionalDirigentes Digital
| 24 abr 2019
Con una población de 600 millones de personas, de la que un tercio aún no está bancarizada, y una clase media en constante expansión, Latinoamérica es una clara oportunidad y una potente palanca para el crecimiento a medio plazo de Banco Santander. La región representa un 48% de los beneficios del grupo -frente al 52% de Europa- y sólo Brasil, uno de los principales baluartes, supone el 26%. Además, cuenta con 66,9 millones de clientes -el 45% del total del grupo-, de los que 17,8 millones son digitales, y un equipo de 88.500 empleados.
En la última edición del Foro Latibex, el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, reiteró su apuesta por Latinoamérica al señalar que la región es “una magnífica opción de inversión” y que tiene “ganas de progresar y mejorar”. Álvarez recordó que la mejora institucional de los últimos veinte años es “evidente”, lo que la ha convertido en una zona con unas posibilidades de inversión “inmensas” para poder seguir desarrollándose y creciendo: servicios, infraestructuras, digitalización, materias primas, energía, industrialización de base o servicios sanitarios. En su opinión, para impulsar el crecimiento será necesario “avanzar en las reformas estructurales y la colaboración entre el sector público y el sector privado, profundizar en la integración comercial y financiera, la flexibilización de la economía y la eficiencia del sector público”. Álvarez también insistió en la importancia de mejorar el sistema educativo, avanzar en la agenda digital y favorecer el crecimiento inclusivo y sostenible. Unos retos que son, en muchos casos, los mismos que afronta Europa. “Soy muy optimista sobre el futuro de la región porque confío en la capacidad de los gobiernos y las empresas para impulsar los cambios que nos permitan adaptarnos a un entorno global que evoluciona a gran velocidad.”
No es la última vez que los máximos responsables de Banco Santander han resaltado las oportunidades que brinda Latinomérica y el papel que representa en el presente y el futuro de la entidad. De hecho, durante la presentación a inversores y analistas -el llamado Investor Day- realizada por la entidad a principios de abril en Londres, Ana Botín, presidenta del grupo, no tuvo reparos en asegurar que Santander “es un banco latinoamericano, lo que nos da una oportunidad única de crecimiento estructural”. Durante este encuentro, los máximos directivos del grupo presentaron las previsiones a medio plazo en la región: un crecimiento de ingresos alto y sostenible, a doble dígito – lo que elevará su peso en el grupo-, con una mejora del RoTE ordinario hasta el 20-22%, desde el 19% de 2018.
Una de las pruebas más recientes de la confianza del banco en Latinoamérica es su intención de comprar hasta el 25% de la filial mexicana que está actualmente en manos de inversores minoritarios. “Creemos en México, en el potencial de su sector financiero, y de Santander México, que es uno de los bancos líderes en el país”, afirmó durante el anuncio de esta operación la presidenta del Santander, Ana Botín.
En su opinión, “el tamaño de la población no bancarizada o desatendida financieramente en países como Brasil o México contribuirá al crecimiento del grupo, aportando valor al accionista mediante la generación de beneficios mientras cumplimos nuestro propósito como banco. La actividad bancaria debería aumentar debido a los cambios demográficos y al creciente número de personas que demandan cada vez más servicios financieros. El PIB de los países crece a mayor ritmo cuando aumenta la proporción de personas de 25 a 35 años, ya que es el rango de edad más productivo, tanto en términos de ingresos como de consumo. Esto fue lo que ocurrió en Estados Unidos con los baby boomers, y es lo que ha sucedido en España durante los últimos 30 años. Hoy en día, esta es la realidad en los países latinoamericanos, cuya media de edad es de alrededor de 30 años. En los mercados en los que operamos en la región, viven más de 400 millones de personas”.
En estos mercados, la tecnología digital que desarrolla Santander está facilitando la inclusión financiera, en especial entre los millones de personas que no tienen acceso al sistema bancario. Pero también está permitiendo mejorar la experiencia de los clientes y lanzar propuestas de valor diferenciales, lo que se ha traducido en un aumento del 21% de los clientes vinculados -son ya 9,9 millones- y del 30% de los digitales, que representan el 27% de la base total de clientes. Digitalización y experiencia de cliente son, precisamente, dos de los principales focos en la estrategia del banco. De hecho, Botín se muestra convencida de que “el crecimiento del mundo digital favorecerá la expansión de la banca en Latinoamérica, con más clientes digitales, que se caracterizan por su mayor vinculación y rentabilidad, contribuyendo a mayores ingresos”.
Entre los objetivos a medio plazo, el banco espera ganar cuota de mercado en los principales mercados de la región (desde el 12% actual) y aumentar los clientes digitales hasta los 26 millones, lo que supondría un incremento del 45% frente a la cifra actual. También se ha marcado el reto de que todas las filiales latinoamericanas estén en el Top 3 en satisfacción del cliente, un pódium que ya ocupan Brasil, Chile y México.
Además, para respaldar e imprimir mayor ritmo a su estrategia, Santander ha reorganizado su estructura directiva. Entre los cambios está el nombramiento de un responsable para toda Latinoamérica, Sergio Rial -actual consejero delegado de Brasil- al que reportarán los países. Se trata de simplificar la estructura organizativa y la gestión. Dicho de otra forma, incrementar la colaboración, acelerar la toma de decisiones, aportar cada vez más como grupo y aprovechar las oportunidades de los negocios globales.
La diversificación es una de las señas de identidad del gigante financiero. “Tenemos escala: 144 millones de clientes en todo el mundo, de todos los niveles de renta y procedentes de países tanto desarrollados como en vías de desarrollo Esta escala se complementa con nuestro modelo de negocio. Tenemos 100.000 empleados que se relacionan a diario con clientes. Nuestras 13.000 sucursales y el alcance de nuestra oferta bancaria digital nos permiten crear relaciones duraderas con ellos, basadas en un profundo conocimiento de cada uno”, destaca la presidenta del grupo. Una diversificación difícil de replicar que no sólo es clave para los actuales resultados del banco, sino que es un elemento diferenciador que aporta al Santander un crecimiento recurrente y sostenible.