Las empresas chinas, en rápido proceso de expansión, tienen una asignatura pendiente: América Latina. Pese a ser el primer destino mundial de las inversiones chinas, desde 2015, muchos empresarios aseguran no tener un conocimiento suficiente del mercado. Wang Weichang, por ejemplo, cuenta con un negocio mediano mediante el cual suministra material básico a las habitaciones […]
InternacionalDirigentes Digital
| 03 jul 2018
Las empresas chinas, en rápido proceso de expansión, tienen una asignatura pendiente: América Latina. Pese a ser el primer destino mundial de las inversiones chinas, desde 2015, muchos empresarios aseguran no tener un conocimiento suficiente del mercado. Wang Weichang, por ejemplo, cuenta con un negocio mediano mediante el cual suministra material básico a las habitaciones de hotel. Entre sus clientes se encuentran las cadenas Marriot, o Intercontinental, sumando tres mil hoteles a lo largo del globo. Sin embargo, en América Latina solamente presta servicio a tres establecimientos, apenas el 0,1% del negocio. ‘No tengo clientes en América Latina porque carezco de contactos allí’, confiesa este empresario a DIRIGENTES. Europa, Estados Unidos, Japón u Oriente Próximo, entre otras regiones, son zonas donde este empresario chino tiene una presencia importante. Pero Latinoamérica, sobre todo el enorme desarrollo hotelero del Caribe, se le sigue resistiendo a Wang. ‘El problema no son solamente los socios locales’, prosigue, ‘la cuestión fundamental es que pocas empresas latinoamericanas acuden a las ferias sectoriales chinas para hacer negocios’.
En Panamá, único país americano adherido a la iniciativa comercial china conocida como Belt & Road, los empresarios locales desean atraer negocio del gigante asiático. ‘Existen muchas marcas chinas con potencial en Latinoamérica debido a su excelente relación calidad-precio’, señalan empresarios del país centroamericano preguntados por DIRIGENTES. La idea, claro, es que estas empresas chinas lleven sus cuarteles regionales a Panamá para después operar desde allí en toda Latinoamérica. ‘Se están ofreciendo desde showrooms permanentes hasta servicios de distribución logística’, explican estos mismos empresarios panameños, ‘todo ello sin olvidarnos del turismo’.
La pregunta, a este último respecto, es obligada: ¿Cómo es posible que América Latina, con un mercado casi tan grande como Europa y Estados Unidos juntos, además de una riqueza natural inmensa, no alcance a captar el 1% del turismo chino? La distancia puede ser un factor, por lo que países como Brasil o Argentina han decidido ofrecer paquetes turísticos conjuntos en China; aprovechando el auge de las visitas al Polo Sur. Brasil, por otra parte, reconoce que debe agilizar la concesión de visados a China (si bien otros países, como Panamá, tienen firmada la exención de visados). La falta de infraestructuras turísticas adecuadas, como servicios adaptados a los gustos chinos, o al idioma, es otra variable relevante. Hacia 2030, unos 500 millones de turistas chinos van a demandar servicios turísticos altamente sofisticados ofrecidos desde sus teléfonos móviles. México, o Colombia, han empezado a posicionarse en las grandes plataformas digitales chinas como Wechat. Sin embargo, los principales operadores turísticos chinos también se encuentran con el mismo problema: la ausencia de socios fiables en América Latina. ‘Nos falta infraestructura local para enviar turistas hacia Latinoamérica’, reconoce Liu Dong, en conversación con DIRIGENTES, directora del gigante turístico chino CYTS.