Latinoamérica se encuentra dominada por las economías emergentes. Un hecho que conduce a que esta región registre mayores tasas de crecimiento económico en comparación con las economías desarrolladas y que además, estas sobresalgan por encima del resto con excepciones. Es, por ejemplo, el caso de Chile. Con una puntuación de 70,3 sobre 100, este país […]
InternacionalDirigentes Digital
| 02 nov 2018
Latinoamérica se encuentra dominada por las economías emergentes. Un hecho que conduce a que esta región registre mayores tasas de crecimiento económico en comparación con las economías desarrolladas y que además, estas sobresalgan por encima del resto con excepciones. Es, por ejemplo, el caso de Chile.
Con una puntuación de 70,3 sobre 100, este país ocupa el puesto número 33 de 140 en el ranking de países más competitivos, situándose incluso por delante de Portugal, al que ha arrebatado el puesto. Según el Índice de Competitividad Global 2018 que elabora el Foro Económico Mundial, esta clasificación la situaría en el primer puesto de toda América Latina. Le siguen -pero muy de lejos- México (46), Costa Rica (55), Colombia (60), Perú (63), Panamá (64), Brasil (72), Argentina (81) o Venezuela (127).
Con una población que supera los 18 millones de personas y un PIB per cápita que supera los 15.000 millones de euros, todos los indicadores que se tienen en cuenta para la elaboración de este índice han experimentado aumentos respecto a la edición anterior. Destacan las infraestructuras con una puntuación de 75,2 puntos, categoría donde ocupa el puesto 49 o la capacidad de innovación (53). En cambio desciende en otros aspectos como el mercado laboral (puesto 45) o el sistema financiero (puesto 20).
Una mejora económica que también ha ido de la mano de una mayor inclusión social. En concreto, el Índice de Desarrollo Inclusivo (IDI), que sirve para analizar el Estado de bienestar ha experimentado un incremento del 1,76%, hasta los 4,4 puntos en una escala de cero a siete y se sitúa como el mejor tercer país en este aspecto. Para su elaboración, el Foro Económico Mundial tiene en cuenta tres indicadores: inclusión y equidad intergeneracional, crecimiento y desarrollo y sostenibilidad.
Unos factores a los que hay que añadir la mejora de las previsiones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este país, hasta el 4%. Una cifra que unida al liderazgo en el índice la convierten en un destino “atractivo” para la recepción de inversión extranjera directa.
“En un contexto en que las principales economías de la región registran turbulencias, con Argentina en dificultades producto de la abrupta devaluación de su moneda, Brasil afrontando un polarizado proceso eleccionario y México a la espera de un nuevo gobierno, Chile luce buenas cartas credenciales para el comercio internacional y la inversión extranjera”, añaden desde el Foro. Eso sí, alertan de que no puede confiarse ante el escenario global “incierto” que se vive como consecuencia de la guerra comercial.
Todo ello en un contexto marcado por la revolución tecnológica que avanza sin precedentes y que va a determinar los próximos cien años. Un escenario ante el que Chile tiene la oportunidad de aprovechar el liderazgo regional para hacerse más fuerte y convertirse en el protagonista del desarrollo inclusivo. “El país tiene una oportunidad única de promover y aprovechar su liderazgo regional generando mayor innovación”, sentencian.