Alrededor de 10 mil millones de euros escaparon de las autoridades fiscales francesas para ir a las cuenta del banco suizo UBS. Eso es lo que estima el Tribunal de Primera Instancia de Francia que evadieron “miles de ciudadanos franceses” entre 2004 y 2012.

La multa alcanza los 3.700 millones de euros y el propio banco ha emitido un comunicado criticando la sentencia. Junto a esa cantidad, que el mayor castigo impuesto en Francia por este tipo de delitos, deberá indemnizar al estado francés por daños y perjuicios con 800 mil euros.

En total, la cantidad supone un 85% de los beneficios de la entidad durante 2018, cuando ganó 4.900 millones de dólares, 4.320 millones de euros. UBS explica que esta sentencia “no está respaldada por ninguna evidencia concreta, sino que se basa en las alegaciones infundadas de ex empleados que ni siquiera acudieron fueron escuchados en un juicio”.

Desde el punto de vista del mayor banco helvético, la multa “socava la soberanía de la ley suiza y plantea importantes cuestiones de territorialidad”. Según esa interpretación, los delitos no se produjeron en Francia, sino en Suiza, por lo que la sentencia estaría aplicando la ley francesa en Suiza.

El banco se defiende diciendo que ofreció “servicios legítimos y estándar según la ley suiza”, y que “respetó y cumplió con sus obligaciones según las leyes suizas y francesas”. Así, anuncia que apelará el veredicto, de forma que la decisión del tribunal de primera instancia quedará en suspenso.

La Fiscalía Nacional Financiera gala, según informa el medio suizo swissinfo, justifica lo elevado de la sanción por el hecho de que la evasión fiscal y el blanqueo de capitales sean “un fenómeno masivo”.

En su momento, UBS trató de librarse de un castigo mayor en 2017 pagando una multa, sin que ello supusiera reconocer su culpabilidad, aunque no se llegó a establecer qué cantidad debía pagar. Por otra parte, en 2009 pagó una multa de 780 millones de dólares (690 millones de euros) impuesta por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.