El turismo crece en todo el mundo, pero algunas empresas no saben aprovecharlo. Entre ellos desde años está el imperio británico del turismo Thomas Cook, que sufre por una libra débil y un Brexit sin reglas que asusta a sus clientes domésticos. La empresa con sede en Hong Kong puso a la venta sus líneas […]
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| 11 jun 2019
El turismo crece en todo el mundo, pero algunas empresas no saben aprovecharlo. Entre ellos desde años está el imperio británico del turismo Thomas Cook, que sufre por una libra débil y un Brexit sin reglas que asusta a sus clientes domésticos. La empresa con sede en Hong Kong puso a la venta sus líneas aéreas en enero, y ahora el inversor chino Fosun está negociando la compra de la parte de viajes. Desde la perspectiva de los expertos, la cooperación más estrecha entre Fosun y Thomas Cook tendría sentido, porque muchos operadores turísticos esperan buenos negocios con los chinos cada vez más amantes de los viajes.
Según los datos de la Organización Mundial del Turismo los chinos gastaron 277.000 millones de dólares en viajes el año pasado, más que cualquier otra nación. En comparación, los alemanes llegaron en 2018 a 94.200 millones de dólares y los británicos a 76.000 millones. Es probable que Fosun también sea consciente de dónde se mete, porque ya tiene el 18% de la compañía británica. Además, el inversor detrás de Fosun, el multimillonario Guo Guangchang, tiene también participaciones en Club Med y en el Cirque du Soleil.
Muchos posibles novios animan la acción
Todo parece indicar que podría empezar una batalla por los activos de Thomas Cook, porque varias compañías e inversores han mostrado en los últimos meses interés en parte o todo el grupo de aerolíneas, entre ellas Lufthansa, Virgin Atlantic y los inversores Indigo y Triton Partners. Así, podría ser que Thomas Cook venda más activos pronto, porque los bancos presionan a los británicos para actuar rápido.
La acción ha perdido más del 85% en valor en bolsa el año pasado. La deuda neta ya llega a 1.400 millones de euros. Muchos inversores temían lo peor en vista de estas cifras, los analistas de Citigroup incluso clasificaron las acciones como “sin valor”. Se hicieron comparaciones con la situación en 2011, cuando la compañía enfrentó ya un colapso debido a dificultades financieras.
Con la posible compra de Fosun no solamente se anima otra vez la acción que aumentó temporalmente un 20%, sino podría ser el inicio de la venta de activos de la empresa tradicional.