Los resultados de las elecciones en Estados Unidos dibujan un nuevo escenario geopolítico
InternacionalIsabel Garrido
| 06 nov 2024
Donald Trump regresa a la Casa Blanca. Los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos han desmentido las encuestas y el nombre del republicano ya figura como el nuevo presidente del país norteamericano. Tan solo unas horas después de conocer los datos definitivos, muchas de las incógnitas comienzan a girar en torno al resto del mundo y cómo el nuevo liderazgo que ha surgido de las urnas puede impactar en la relación con Europa, la OTAN y las alianzas estratégicas en un contexto de crecientes tensiones en diferentes partes del planeta.
En lo que respecta a la defensa europea autónoma y el efecto que la victoria de Trump puede causar en la cohesión y la estrategia dentro de la OTAN, Fernando Cocho, analista de inteligencia y socio en H4dm, explica que una de las ideas del republicano es que los europeos aumenten su presupuesto en defensa como para mantener su parte correspondiente de la OTAN, dado que Estados Unidos aporta entre el 60% y el 70% del presupuesto de la Alianza Atlántica. Esto provocaría dos reacciones. Por una parte, una “desestabilización militar” en la medida en que el Viejo Continente no tiene “capacidad de defensa propia”. Y, al mismo tiempo, esta decisión podría suponer un revulsivo para crear un ejército europeo. Una posibilidad que, según indica el experto, tardaría de 8 a 12 años en ejecutarse y dejaría Europa “muy mal a corto plazo”.
En esta línea, también apunta que este nuevo liderazgo va a afectar, igualmente, a la situación de Rusia, China, los BRICS o los países emergentes. “Difícilmente Estados Unidos se va a poder mantener como la primera potencia hegemónica en economía y defensa porque China y los BRICS ya le están pisando los talones”, una realidad por la que el nuevo presidente “hará lo que tenga que hacer para continuar siendo la primera potencia o, al menos, la segunda o la tercera” y que implicaría dos decisiones: mayor presión económica y más guerra.
Así, detalla que Trump podría “incentivar o permitir un conflicto armado a nivel internacional para que su aparato militar industrial pueda tirar del carro”. No obstante, teniendo en cuenta que se trata de un político, negociante y empresario, Trump ya ha llegado a acuerdos con China para que, si llegaba al poder, las fábricas que el país asiático está construyendo en Europa y el resto del mundo se trasladen a Estados Unidos con el objetivo de “crear nuevos puestos de trabajo y relanzar la economía”.
El director del Instituto Franklin, José Antonio Gurpegui Palacios, considera que con la victoria de Trump las relaciones entre Estados Unidos y Europa se van a tensar: “No cabe duda de que esa política arancelaria va a ser mucho más aguada que la que se produjo en el primer mandato”. Además, recuerda que dicha política no fue “sustancialmente” cambiada posteriormente por Joe Biden y sugiere que la Unión Europea podría estar ya estudiando diferentes escenarios para hacer frente a unos posibles nuevos impuestos arancelarios, así como la respuesta que se daría desde Europa a los productos norteamericanos.
“Él lo ha dicho muy claro: se acabó la guerra de Ucrania”. Para ello, forzará a no seguir mandando armas a Ucrania y a que el presidente Zelenski llegue a un acuerdo con Rusia o, por lo menos, un alto al fuego. “Independientemente de lo que nosotros pensemos o queramos, ningún país con 4.000 cabezas nucleares pierde una guerra”, comenta Cocho para aclarar que “la capacidad militar rusa, por muy obsoleta que pueda aparecer, es gruesa y tiene infantería y mucho territorio” como para mantener el conflicto. Una prueba de ello es Siria, “un país que teóricamente iba a caer en dos días, pero que con el apoyo de Rusia sigue ahí después de 10 años en guerra”.
Para el analista de inteligencia y socio en H4dm SL la victoria del republicano puede generar un nuevo escenario en Ucrania y una “guerra muy fría durante mucho tiempo”.
De forma paralela, el director del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá, José Antonio Gurpegui Palacios, añade que el triunfo de Donald Trump va a significar un cambio fundamental respecto a la participación norteamericana en el conflicto de Ucrania y lo que esto va a implicar para Europa. “Los europeos debían haberse puesto las pilas hace ocho años en la primera victoria de Trump. Aguantamos más que bien el tirón. Confiamos en las segundas elecciones a que ganara Joe Biden y nos salió bien. Y, ahora, confiábamos que ganara Kamala Harris, pero claro, no ha sido así, y el conflicto de Ucrania va a dar un giro espectacular”, declara. En su opinión, si Ucrania quiere que Estados Unidos le siga apoyando, este país le exigirá que negocie con Rusia, lo que implicará la cesión de territorios a cambio de paz.
En este sentido, este escenario dejará a Europa en una situación “tremendamente delicada” y tendrá que decidir si “seguir apoyando de forma única a la lucha que están llevando los ucranianos contra los rusos o plegarse a las disposiciones de Donald Trump sobre el conflicto”.
En este punto, el analista de inteligencia sostiene que ningún presidente puede sobrevivir en la Casa Blanca políticamente sin el apoyo del lobby judío en Estados Unidos y, tampoco, su aparato militar industrial, en la medida en que “uno de sus grandes aliados y que le está comprando muchísimo armamento es Israel”. Por ello, cabe esperar que Trump siga una línea similar a la que tenían los demócratas, apoyando a Israel”.
Por su parte, el director del Instituto Franklin va un paso más allá y cree que este resultado puede suponer un panorama “tremendamente peligroso”. Tal y como explica, Donald Trump no tuvo ningún problema en reconocer a Jerusalén como capital de Israel y anunciar el cambio de la sede de la embajada de Estados Unidos. Además, ahora el sionismo más radical está solicitando que Israel vaya desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Es decir, eliminar y anexionarse la Franja de Gaza, por lo que el experto no descarta que se produzcan movimientos y apunta que el apoyo incondicional de Donald Trump a Benjamín Netanyahu “puede plantear conflictos en Oriente Medio”.