La recuperación, esa palabra casi tan manida como deseada desde que comenzara la crisis pandémica, se va reflejando en los indicadores, aunque la llegada a la economía real, como siempre ocurre con las grandes cifras, tardará más en producirse, como el hecho de que volvamos a reconquistar lo perdido durante el periodo más duro de […]
NacionalDirigentes Digital
| 10 sep 2021
La recuperación, esa palabra casi tan manida como deseada desde que comenzara la crisis pandémica, se va reflejando en los indicadores, aunque la llegada a la economía real, como siempre ocurre con las grandes cifras, tardará más en producirse, como el hecho de que volvamos a reconquistar lo perdido durante el periodo más duro de la Covid-19.
Si nos fijamos en lo inmediato, en el segundo trimestre del año, vemos que la cifra inicial es del 2,8% trimestral y del 19,8% interanual, ante el pasado año en tiempo de confinamiento, que es posible que mejore en la revisión de este mes. Lo que nos indica el amplio camino que tenemos que recorrer. En especial si queremos alcanzar las cifras de crecimiento previsto para todo el año, que antes, solo veíamos en países como China. Y es que en la memoria de todos está la caída del 10,8% en nuestro PIB.
Aunque hay algunos factores que pueden ralentizar esa mejora prevista que ahora veremos. Y es que, ante la caída en el primer trimestre de nuestra economía y el avance de la segunda, debe ser en la segunda parte del año en la que se dispare la mejora.
Sin embargo, la recuperación puede verse afectada por esa quinta ola juvenil del verano, que nos ha impedido una mejora de las ratios de contagio y de fallecimientos hasta estos días, con lo que el verano, en una España donde sigue dominando a placer el empleo y la actividad en el sector servicios, no haya mejorado como debiera.
Un tercer trimestre que también está marcado por las restricciones, la recuperación de los datos laborales, sí, pero demasiado estacionales, y donde la cautela se puede transformar en más incertidumbre, y por ende en decisiones de negocio retrasadas hasta que el panorama general mejore.
A esto hay que sumar los niveles de ayudas públicas, con los Next Generation EU y que en dos casos concretos en España siguen haciendo aguas: los 7.000 millones de euros que deben repartir entre pymes y autónomos las CCAA y que el Gobierno espera puedan recuperarse, con el permiso de Bruselas, en 2022 y también los rescates al sector industrial, con un fondo de ayuda creado y en el que apenas se ha rescatado a seis empresas hasta la fecha, desde Air Europa a Rugui Steel.
Hay que recuperar de hecho un gran terreno porque las estimaciones apuntan a que España crecerá un 6,3% en el presente ejercicio. Es la última previsión que ha puesto sobre la mesa CaixaBank Research, con una mejora de tres décimas frente a lo inicialmente previsto, al entender que el crecimiento del PIB ganará fuerza.
Aun así, esa consideración se queda dos décimas por debajo del aumento oficial del Gobierno. El que presentó en su cuadro macroeconómico a finales de junio y que estima que la economía española crecerá un 6,5% en 2021. De la misma opinión es BBVA Research que ve una mejora en las expectativas, con más actividad y aceleración del empleo.
Por debajo de esos porcentajes de recuperación se encuentra el Panel de Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, que recoge periódicamente el sentir de hasta 20 servicios de estudios. La media de crecimiento que se espera para el Producto Interior Bruto español en 2021 es del 6,1% en cifras de julio y que van desde el menos optimista PIB del 5,4% que consideran Ceprede o el Instituto de Estudios Económicos, hasta el de Intermoney que espera que nuestra economía se eleve hasta un 6,8% hasta el 31 de diciembre.
Fuera de casa, también los indicadores adelantados de la OCDE para España muestran una mejora ininterrumpida en los últimos nueve meses. Sin embargo, lo que sí se evidencia en agosto, como pasa en todos los países desarrollados que forman parte de este club, es una cierta moderación en el crecimiento que presentan.
Las restricciones, la incertidumbre y el efecto de la variante Delta, la proveniente inicialmente de la India que ha eclipsado en nuestro país a las demás, provocando 9 de cada 10 casos, puede condicionar el desarrollo de los próximos meses. Y ese efecto se traslada a la necesidad de que, para obtener una inmunización de rebaño, ese 70% superado en España, no sea ya suficiente.
En los hogares, el índice de confianza del consumidor de agosto que elabora el CIS les preguntaba a los encuestados si creían que su situación económica en casa sería mejor dentro de seis meses. Un 27,6% creía que sí, frente a la gran mayoría, algo por encima del 50%, que lo veía igual. La razón, una mejora laboral o de su sueldo, para 1 de cada 5 consultados. Aunque de momento contesta un 54,5% del total que su situación actual es igual que la hace seis meses, económicamente hablando, y un 30% incluso que es peor.