Los precios de los carburantes vuelven a ser un nuevo quebradero de cabeza para la ciudadanía y los transportistas profesionales. Acaban de marcar un nuevo máximo histórico en España y eso significa, de facto, que el coste de la gasolina y el gasóleo ya supera los niveles a los que estaba antes de la puesta […]
EnergíaDirigentes Digital
| 23 jun 2022
Los precios de los carburantes vuelven a ser un nuevo quebradero de cabeza para la ciudadanía y los transportistas profesionales. Acaban de marcar un nuevo máximo histórico en España y eso significa, de facto, que el coste de la gasolina y el gasóleo ya supera los niveles a los que estaba antes de la puesta en marcha de la bonificación, incluyendo la que aplican las gasolineras. El coste absorbe, por tanto, todo lo subvencionado.
Mientras, se estudian las posibles fórmulas para ampliar, tal y como aseguró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, las bonificaciones en este momento crítico de precios, a una semana apenas de que expiren las medidas, el próximo 30 de junio. El sábado aprobará el nuevo Real Decreto con las nuevas disposiciones que todavía se están concretando.
Cuando entró en vigor la medida de bonificación de los carburantes, con 15 céntimos por parte del gobierno y 5 más de las petroleras de forma obligatoria, el precio de la gasolina rozaba los 1,82 euros. Ahora mismo supera de media los 2,141 euros, aunque ya se paga superando los 2,20 céntimos en muchos lugares. En el caso del gasóleo, ocurre lo mismo. Costaba en abril casi 1,84 euros y ahora está por encima de los 2,07 euros por litro de media.
Las bonificaciones, por tanto, ya ni subsidian el precio, por encima de los 32 céntimos en el aumento, que incluso se comen las medidas adicionales de las gasolineras que, en la mayoría de los casos, completan hasta los 30 céntimos de euros por litro, el menor coste.
Y es que la gasolina ha más que doblado su precio desde hace un año, con un incremento de su coste del 56% mientras que el diésel es un 65% más caro. Ese encarecimiento ha ganado vigor desde que el pasado 24 de febrero Rusia invadiera Ucrania. Desde ese momento el encarecimiento de los combustibles se ha disparado por encima del 30%.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba a principios de mes que las medidas se iban a prorrogar a lo largo y ancho del verano, durante tres meses más, hasta el próximo 30 de septiembre, y el sábado se aprobará el Real Decreto con las nuevas medidas anticrisis que se esperan prolongar hasta esa fecha y algunas, incluso, más allá.
En un principio se pensó en restringir la medida para aquellas personas con rentas más bajas, ya que las bonificaciones actuales son iguales para todos. De momento a una semana de su consecución, incluso está en discusión la posibilidad de elevar la cuantía de las subvenciones a la compra del carburante. Y se haría en una horquilla que iría desde los 5 a los 10 céntimos añadidos para evitar ese efecto de dilución que ya estamos comprobando en la medida.
La bonificación inicial supuso un desembolso de unos 1.423 millones de euros por esos 15 céntimos del Gobierno y más de 473,6 en el caso de las petroleras. Si el Gobierno elevara en 10 céntimos más esa subvención sobre el coste, superaría los 2.371, 6 millones de euros. Según los cálculos de la OCU, la medida inicial supuso en estos tres meses un ahorro medio de 75 euros para cada consumidor de gasolina, que, sin embargo, se difumina ahora con la absorción del coste por el precio en las gasolinas, al igual que los 65 euros en el caso del diésel.
Y es que, de seguir elevándose el precio del crudo y repercutirse de la misma forma en los carburantes, mientras en los mercados internacionales el barril Brent de referencia en Europa tiene un coste de unos 120 euros, volvería a desintegrar estas bonificaciones, por lo que ha de ser una medida muy estudiada.
De cualquier forma, será finalmente el ministerio de Hacienda quien decida finalmente sobre la cuantía y el efecto que asumirán las cuentas públicas de esta nueva bonificación en marcha.