La vigésima edición del Congreso de CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos) arranca poniendo el acento en el optimismo. Desde su nombre ‘Nuevos tiempos, nuevas oportunidades’, los dirigentes españoles pretenden “transmitir un mensaje optimista”, en palabras de José Luis de Prado, presidente del Comité Organizador del Congreso. Asimismo, de Prado subraya que se necesita […]
NacionalDirigentes Digital
| 04 nov 2021
La vigésima edición del Congreso de CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos) arranca poniendo el acento en el optimismo. Desde su nombre ‘Nuevos tiempos, nuevas oportunidades’, los dirigentes españoles pretenden “transmitir un mensaje optimista”, en palabras de José Luis de Prado, presidente del Comité Organizador del Congreso.
Asimismo, de Prado subraya que se necesita de la “participación activa” de los empresarios para mirar al futuro y señalar el camino. Tras las primeras palabras que han servido de inauguración del Congreso, dos de las voces más representativas del panorama empresarial español han compartido su punto de vista acerca del ‘Presente y futuro de la economía española’.
Antonio Garamendi, presidente de CEOE y José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España, creen que la empresa debe seguir siendo el centro de la economía y la sociedad. Garamendi ha llegado a repetir hasta tres veces los requisitos para que las empresas crezcan y creen empleo: seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y calidad normativa.
Para el presidente de CEOE es fundamental que las normas estén “colocadas y ordenadas”, de modo que los empresarios puedan gestionar. Con todo, subraya que son “los gobiernos ponen las normas”. Desde su punto de vista, el Gobierno actual está “generando inseguridad” y a los empresarios “les preocupan más los problemas que generen con esas reformas que la manera en que lleguen los fondos europeos”.
En ese sentido, Garamendi insiste en su “mensaje a la clase política”. También en declaraciones posteriores a los medios, el presidente de la patronal ha expresado su malestar con la escasa información que tienen por parte del Gobierno, sobre todo en lo que concierne a la modificación de la reforma laboral. Garamendi se queja de que “cuentan reformas o contrarreformas que no quiere Europa”, en particular, señala a la prevalencia del convenio sectorial, algo que Garamendi atribuye al Gobierno y no a los compromisos con Bruselas para conseguir los fondos.
Por otro lado, el representante empresarial rechaza que la temporalidad sea sinónimo de precariedad. Desde su punto de vista, existen numerosos sectores valiosos para la economía de España, como el turismo, que son intrínsecamente temporales pero no tienen por qué ser tachados de precarios.
Por su parte, Bonet se muestra optimista, aunque reconoce que hay diversas sombras sobre la actividad empresarial, como el alza de la energía y el “miedo a que se traslade a una espiral precios-salarios”. El presidente de la Cámara dice que estos “peros se han ido acentuando”, por lo que “hay optimismo pero hay que ser prudentes”.
En línea con las palabras de Garamendi, Bonet incide en que toda la política debe orientarse a mantener la estabilidad institucional y ayudar a que “los motores”, que son las empresas sigan funcionando. Para Bonet, “no es adecuado poner trabas en una recuperación no consolidada”, dice con respecto a las reformas anunciadas por el Gobierno. No obstante, advierte de que tanto las empresas como la propia sociedad “y el país entero” deben reinventarse si quieren sobrevivir.