Ahora que el fin de la pandemia parece más cerca, los responsables económicos se plantean cómo serán esos días en los que definitivamente quede atrás. El gobernador del Banco de España (BdE), Pablo Hernández de Cos, analizó los dos principales retos que afrontará la economía española dentro de unos meses, toda vez que el virus […]
DeudaAhora que el fin de la pandemia parece más cerca, los responsables económicos se plantean cómo serán esos días en los que definitivamente quede atrás. El gobernador del Banco de España (BdE), Pablo Hernández de Cos, analizó los dos principales retos que afrontará la economía española dentro de unos meses, toda vez que el virus ya ha causado dos importantes efectos.
Durante su intervención en un evento digital del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), de Cos describió un cambio de patrón en el consumo de los ciudadanos. “No es lo mismo cuando vamos a trabajar que cuando nos quedamos en casa a hacerlo”, avanzó el gobernador y, por eso, augura que habrá “ganadores y perdedores” entre las empresas, los que se beneficien de estas novedades y los que observen un descenso en su demanda. En todo caso, cree que “hay que adaptarse para que la economía se beneficie”.
En ese aspecto, considera necesario que se eviten los daños duraderos en las empresas que salgan perdiendo. Hasta ahora los organismos públicos han puesto en marcha medidas para paliar los problemas de liquidez que, no obstante, se han tornado en problemas de solvencia a causa de la persistencia de la crisis. Así, De Cos cree que se deben utilizar instrumentos que resuelvan los problemas de solvencia.
En particular, De Cos respondió a este medio que la economía española tiene por delante dos problemas derivados de la situación que ha provocado la crisis. “Sabemos que se van a producir problemas con total seguridad”, avanza el gobernador de España: las finanzas públicas y los cambios en el mercado laboral.
La deuda pública se ha incrementado durante el año en cerca de 20 puntos porcentuales “como consecuencia de la caída de la economía”, explica de Cos. Eso implica que la deuda pública española se acerca al 120% del PIB de España, mientras que el déficit se ha agrandado aún más después de venir de un porcentaje “ya elevado”.
De Cos ha querido dejar claro que “no es el momento de proceder al ajuste pero”, prosigue, “ayudaría un acuerdo para el proceso de consolidación fiscal”. No obstante, el dirigente del organismo supervisor español elude dar su opinión en un problema con un “componente ideológico importante”. No aclara si la consolidación fiscal tiene que llegar por medio de una subida de impuestos, pero cree que es “evidente que hay que ganar eficiencia en el gasto público”.
De una manera más amplia, argumenta que España se caracteriza por tener unos niveles menores de imposición en comparación con otros sistemas fiscales a causa de las numerosas deducciones fiscales que existen. En conclusión, su apuesta en este sentido sería racionalizar los beneficios fiscales porque “no están sirviendo para sus objetivos”.
En cuanto al mercado de trabajo, de Cos advierte de que habrá “un grupo de trabajadores que van a perder su trabajo”, a causa del cambio de hábitos sociales. Desde su punto de vista, la solución pasa por que “se reciclen a otras actividades productivas”.
Asimismo, identifica que los gastos destinados a los servicios de empleo son ineficaces, sobre todo los que tienen que ver con la protección, es decir, las ayudas y los subsidios pasivos. En ese sentido, afirma que hay “deficiencias en las políticas activas de empleo”, que es el principal estorbo para que los trabajadores puedan reorientar su carrera y adaptarse a las nuevas necesidades del mercado laboral.