La inversión en arte emergente comenzó a despuntar en España después de la pandemia. Invertir en la colección de obras de artistas que comienzan su carrera puede ser más accesible que hacerlo en arte consagrado. Por esta razón, cada vez son más los jóvenes que apuestan por esta opción, tanto como forma de inversión, como […]
NacionalDirigentes Digital
| 01 dic 2023
La inversión en arte emergente comenzó a despuntar en España después de la pandemia. Invertir en la colección de obras de artistas que comienzan su carrera puede ser más accesible que hacerlo en arte consagrado. Por esta razón, cada vez son más los jóvenes que apuestan por esta opción, tanto como forma de inversión, como de distinción. Gus Gracey, pintor y escultor peruano, cuenta con una amplia perspectiva de cómo está evolucionando este mercado. Entre 2010 y 2012 residió en Londres y fue testigo de la tradición de coleccionismo que existe y que además se transmite de generación en generación. Cuando volvió a España, reparó en que esta práctica no era nada común, al contrario que en los países anglosajones, Alemania o Francia. “Es interesante cómo, a consecuencia de la Covid, mucha gente joven pudo ahorrar al estar más tiempo en casa. También empezaron a querer diferenciarse y no tener los cuadros que tiene en las paredes todo el mundo”, recuerda. A partir de ahí germinó la semilla de una nueva forma de inversión y de un “incipiente pero creciente coleccionismo”.
Gus Gracey comenta a DIRIGENTES que en el mercado del arte es complicado saber si un artista tendrá una buena cotización en el futuro, así que a la hora de elegir una obra, aconseja escoger aquella que sea del gusto del comprador, porque siempre va a ser una “inversión arriesgada”. Además, ha detectado que estos nuevos clientes comienzan a interesarse por el currículum de los pintores y la posibilidad de que su carrera vaya a más.
Debido a este creciente interés, cada vez son más las galerías que abren en grandes ciudades como Madrid, Bilbao o Barcelona. De hecho, el último informe Mercado Español del Arte, elaborado por Fundación la Caixa, señala que la mayoría de las galerías de arte españolas trabajan principalmente con artistas emergentes, un 29,6%. Además, el mismo estudio apunta que, en cuanto al tipo de obras más vendidas, sobresalen ligeramente los artistas jóvenes y emergentes (46,2%), por delante de los artistas consagrados (40,8%). Gus Gracey cree que este auge de puntos de venta y exposición se debe a la aparición de cantidad de nuevos artistas que necesitan un lugar donde dar a conocer su obra. Por ejemplo, en la Zona Gallery, situada en Madrid, no solo alquilan el espacio sino que cuidan bien la puesta en escena de las exposiciones para que los asistentes tengan la mejor experiencia. Por otro lado, las redes sociales también están jugando un papel importante a la hora de divulgar el trabajo de artistas y la actividad de las galerías: “Son un campo de búsqueda para inversores y coleccionistas y están funcionando bastante bien ahora mismo”. Parece que, lejos de estancarse, esta apuesta por el arte emergente seguirá en alza. Sencillamente, opina Gracey, porque “cuando pica el gusanillo del coleccionismo, el cliente empieza a sofisticar su criterio”.
Aunque también parece que se producirá una diferenciación de los artistas, porque ahora mismo hay muchos que son amateur, y se quedarán por el camino. Este experto aconseja escoger las obras por gusto, desarrollar un criterio propio visitando museos, exposiciones, etc. y, por último, preocuparse por mostrar a los artistas en los que confían para contribuir a que sigan creciendo. Y, respecto a las tendencias, recomienda huir de las modas: “El inversor no busca modas sino desarrollar un gusto propio y aprender a encontrar calidad interesándose por la trayectoria del artista".