En los próximos meses, se espera una coyuntura económica complicada para las empresas en España. Así se desprende del último Informe Trimestral de la Economía Española, elaborado por el Banco de España, y que apunta a las distintas señales de deceleración que se han observado en los últimos tres meses en el país.

La institución monetaria prevé un crecimiento de 1,4% para 2023, nueve décimas menos que el Gobierno, pero 0,2 puntos porcentuales superior a la última estimación realizada por el FMI esta misma semana. El estudio también proyecta un escenario de aumento de los costes empresariales y de financiación, mientras que el consumo ya da muestras de debilitamiento. 

Aumento de los costes laborales

En cuanto a la evolución de los salarios, en lo que va de año, el incremento de las nóminas pactado es de 2,6%, lo que supone más de un punto porcentual de subida con respecto a 2021. 

Otro indicador que también apunta al mayor aumento de sueldos es las incidencias de cláusulas de salvaguarda ya afectan a casi una cuarta parte de los trabajadores, frente al 16,1% de junio de 2021– y el año que viene lo hará al 45% de los trabajadores con convenio firmado para 2023. Además del aumento de los costes laborales que suponen, la mayor incidencia de cláusulas de salvaguarda también contribuye a la presión inflacionista actual.

Financiarse será más caro

La subida de los tipos de interés por parte del BCE de 0,5 puntos en julio y de 0,75 en septiembre se ha ido traduciendo de manera progresiva en un aumento del coste de la deuda de las empresas. Además, el Banco Central Europeo, en su insistencia en no sobrepasar el 2% de inflación, ya ha anticipado otro incremento para el 26 de octubre.

Además, la mayor rigidez de las condiciones de financiación en los últimos meses ha supuesto la pérdida de dinamismo de la nueva financiación concedida a particulares y empresas. En el lado positivo, el estudio prevé una mayor rentabilidad de los activos financieros.

El consumo se ralentiza

El mayor coste de la financiación, unido al aumento de precios, ya están provocando señales de deceleración en el consumo, según se señala en el informe. El ritmo de avance del mismo se habría ralentizado entre junio y septiembre. 

Para el año que viene, ninguna institución pronostica un crecimiento del consumo privado por encima del 2% –el Banco de España lo sitúa en el 1,3%–. Incluso alguna estimación, como la de CaixaBank, vaticina un gasto menor que este año. 

Además, el indicador de confianza de los consumidores del mes de septiembre, publicado por el CIS, en el último año ha decrecido un 24% las expectativas de consumo de los hogares, mientras que la capacidad de ahorro se ha reducido un 32,6%. Además, la confianza de los consumidores, pese a subir con respecto al segundo trimestre, ha bajado 42,5 puntos en los últimos doce meses, situándose en 55,7.

El informe puntualiza que el consumo evoluciona de manera diferente por sectores. Las matriculaciones de vehículos, por ejemplo, son un 40% inferiores que en finales de 2019. En cambio, la hostelería ha alcanzado el mismo volumen de ventas que antes de la pandemia.