La Confederación Nacional de Organizaciones Empresariales (CEOE) prevé que el crecimiento de la economía española se sitúe en el 2,8% este año, en línea con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el panel de Funcas, mientras que en 2019 lo hará un 2,6%, según un informe elaborado por la patronal. Se trata de unas expectativas […]
NacionalDirigentes Digital
| 26 jun 2018
La Confederación Nacional de Organizaciones Empresariales (CEOE) prevé que el crecimiento de la economía española se sitúe en el 2,8% este año, en línea con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el panel de Funcas, mientras que en 2019 lo hará un 2,6%, según un informe elaborado por la patronal.
Se trata de unas expectativas que, de cumplirse, situarían a España como la economía que más crece dentro de los países de la Eurozona.
En este sentido, desde la organización empresarial han destacado la tendencia “positiva” de la economía nacional durante el primer trimestre del año. Unos factores impulsados por el mantenimiento de unas condiciones financieras “muy propicias”, la evolución de las exportaciones, así como el optimismo en las perspectivas de los hogares y las empresas.
En concreto, el informe señala el sector de la construcción y el “dinamismo” del consumo de los hogares, tanto de bienes como de servicios, como los principales factores, a pesar de que observa señales de desaceleración en la inversión de bienes en equipo.
“No cabe duda de que el entorno institucional, nacional e internacional no favorece al dinamismo de estas variables económicas, aunque todavía es pronto para valorar si esta tendencia a la moderación va a continuar en los próximos meses”, señalan desde CEOE.
Respecto al mercado laboral, las proyecciones van en línea con el menor dinamismo que esperan del crecimiento. Así para el período 2018-2019, se espera que la tasa de paro se reduzca al 15,3% y al 13,4%, respectivamente, lo que se traduciría en 825.000 nuevos ocupados en términos de EPA.
Por el momento, consideran que el reciente cambio de Gobierno abre una etapa de “esperar y ver” hasta que se conozcan las medidas de política económica que pueden llevar a cabo.