Con el cara a cara entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, por la crisis energética como telón de fondo, los dirigentes se preguntan cómo pueden llegar a afectar las diferentes medidas a sus empresas. Durante el debate celebrado en el Senado la pasada semana, Sánchez […]
EnergíaDirigentes Digital
| 12 sep 2022
Con el cara a cara entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, por la crisis energética como telón de fondo, los dirigentes se preguntan cómo pueden llegar a afectar las diferentes medidas a sus empresas. Durante el debate celebrado en el Senado la pasada semana, Sánchez anunció que contempla imponer medidas de racionamiento de energía a la gran industria española ante la posibilidad de que Rusia cierre de forma definitiva los envíos de gas a Europa. Y, en compensación, permitiría que aquellas industrias que hacen gran uso del gas y cuentan con instalaciones de cogeneración queden cubiertas de manera temporal por el mecanismo ibérico al que hasta ahora no podían acceder.
Según defendió el líder del Ejecutivo durante su intervención, dicha medida afectará a grandes industrias como son la cerámica, construcción, papelera, textil o fertilizantes. En este sentido, la Asociación Española de Cogeneración (ACOGEN) afirma que en España existen unas 600 plantas de cogeneración y confía en que esta medida permitirá “recuperar con celeridad la producción de la cogeneración y el mantenimiento del tejido industrial asociado en sectores industriales claves para la economía y el empleo nacional”. Según ha destacado en un comunicado, “el 20% del PIB industrial del país se fabrica con esta energía, que supone el 11% de la generación de electricidad nacional y que utiliza el 20% del consumo total de gas en España”.
En este contexto, desde la pasada primavera, España y Portugal cuentan con un tope al precio del gas aprobado con el visto bueno de la Unión Europea. Conocida como ‘excepción ibérica’, se puso en marcha el 14 de junio para abaratar la factura de la luz y estará vigente hasta el próximo 31 de diciembre de 2023. Sin embargo, dicha compensación también contiene una cruz: el Mecanismo de Ajuste Real Decreto-Ley 10/2022, que hace cargo a los consumidores como compensación a las compañías eléctricas. Es decir, se trata de una compensación ideada por el Gobierno para limitar el impacto de la subida de la luz, pero que finalmente recae sobre los consumidores.
Según explican desde Gana Energía, el RDL 10/2022 puso por escrito la aplicación de la llamada excepción ibérica. La responsable de marketing de la compañía, Concha Molina, sostiene que “consiste en un mecanismo para limitar el precio de salida del gas natural que participa en el pool eléctrico donde se fija cada día el precio de la electricidad. Y, al mismo tiempo, “regulaba la creación de un nuevo coste variable para compensar a las centrales de gas y carbón la diferencia entre el precio que venden el gas para generar electricidad y su coste real”.
En esta línea, declara que los consumidores son los encargados de financiar esta compensación a través de su factura, “independientemente de la compañía en la que se encuentren o si están en el mercado libre o regulado”. Únicamente quedan exentos los usuarios de Canarias, Baleares, Ceuta, Melilla y aquellos con contratos con un precio fijo anteriores al 26 de abril de 2022, aunque Molina también advierte de que “estos deberán estar pendientes de las renovaciones que la compañía pueda aplicarles”.
Ante la pregunta de si es posible conocer previamente dicha cantidad, la experta indica que, al ser un coste variable, no se puede conocer de antemano su importe: “Su precio es fijado cada día en el mercado mayorista eléctrico y varía en función de los resultados de la subasta diaria que establece el precio de la electricidad del día siguiente. ¿Y cuánto puede llegar a aumentar la factura a final de mes? Siguiendo con la anterior afirmación, desde Gana Energía apuntan que, precisamente, “esa naturaleza variable hace difícil predecir cuánto puede suponer en las próximas facturas”. Es decir, “hoy puede estar arriba y mañana abajo”. Además, tal y como comenta, también depende del consumo que se realice. Así, durante el pasado mes de agosto, supuso aumentar en 0,15 euros el kilovatio hora de media.