El hecho de que haya más dinero en el bolsillo incita a los consumidores a vaciarlo con mayor frecuencia. Esto significa que estamos más dispuestos a gastar, también cuando vamos de viaje, en los bares y restaurantes de las estaciones o en las áreas de servicio. De hecho, 2017 fue el cuarto año consecutivo en el que las ventas en este tipo de establecimientos aumentaron.

En 2017 se produjo un aumento del 4,3% con respecto a 2016, mientras que en 2016 la subida fue del 5,5% en comparación con 2015. Y las previsiones de 2018 son halagüeñas. Se espera un crecimiento del mercado del 4,1%, de manera que si en 2017 la facturación del sector fue de 1.100 millones de euros, en 2018 podría rozar los 1.150 millones de euros, según los datos que aporta el Observatorio Sectorial DBK de Informa.

Los principales motivos de este auge del mercado de la restauración al viajero son, como ya se ha dicho, la mejora del consumo privado, que revierte en el crecimiento de la actividad turística. Por otra parte, la oferta de los establecimientos ha ido evolucionando durante estos últimos años, por lo que han aportado un servicio más atractivo al cliente.

En cualquier caso, hay que destacar dos segmentos como los más dinámicos dentro del sector. Por un lado, el de las áreas de servicio de carretera, que acumulan más de la mitad de la facturación del mercado (el 53%) y que, en 2017, mejoró sus ventas un 2,5% con respecto a 2016.

Por lo que respecta al segundo mayor segmento, el de los aeropuertos, con el 35% de la facturación, registró un aumento del 7,1% en 2017. Estos datos concuerdan con el número de establecimientos que hay en España, que en la inmensa mayoría de los casos se encuentran en las áreas de servicio. De los 4.082 que se contabilizan en nuestro país, 3.350 están en áreas de servicio, el 82% del total.

Una de las características que identifican este sector es su alto grado de concentración. Así, las cinco primeras empresas gestoras de establecimientos reunieron en 2017 el 48% del valor del mercado. Por segmentos, la cuota conjunta de los dos primeros operadores superó el 60% en los de aeropuertos y estaciones de ferrocarril, mientras que en el de áreas de servicio se cifró en el 17%.