En España, la desigualdad de la renta sigue siendo muy elevada. Es más, en una comparativa con el resto de los países europeos, utilizando el índice de Gini, nuestro país se coloca a la cola en igualdad de riqueza. Una constante que se observa desde 2008 y que dos investigadores de FEDEA, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, reflejan en su estudio Régimen de tenencia de vivienda habitual y desigualdad de la renta en hogares españoles.

En él, Jorge Onrrubia y Javier Ballesteros estudian la evolución de esa desigualdad de renta que marca la tenencia de una vivienda en propiedad a lo largo de una década en nuestro país. Y concluyen que se trata de un factor determinante que marca la diferencia. 

Factores que explican la desigualdad de renta  

En el estudio, ambos destacan que España se sitúa en 2020 en el grupo de países de la Unión Europea que presentan una mayor desigualdad de la renta disponible equivalente. Y es que, de los 27 países, ocupamos, por la cola, el puesto 24. Pero quizá, lo más llamativo es que desde la gran crisis recesiva de 2008, la posición de España en esa clasificación casi no ha variado, ya que antes ocupaba el puesto 23. 

Las razones que sustentan este mantenimiento de la desigualdad, casi estructural respecto a la riqueza, se basan en varios factores. El primero de ellos es la dualidad del mercado de trabajo, que se une a la composición del tejido industrial. Otro de ellos corresponde a la limitada capacidad de redistribución de la que adolecen las políticas públicas, en la que se incluye, el sistema fiscal, un factor determinante en las diferencias.

Pero esa desigualdad, señala la investigación de FEDEA, cambia al visualizar la distribución de la riqueza y compararla con nuestros socios europeos. Y se explica, en buena medida, por ese elevado peso de la propiedad inmobiliaria en los hogares españoles. A más propiedad de un piso, más nivel de riqueza, porque lo cierto es que gran parte del ahorro, se concentra en el pago de una casa en las familias. 

La vivienda, como componente esencial de la riqueza 

Y es que, además, dentro de los países de la OCDE, la relación entre el mayor porcentaje de propietarios de primera vivienda y la menor desigualdad de riqueza es clara. De hecho, los autores del estudio destacan que el hogar mediano que tiene una vivienda en propiedad tiene el doble de activos financieros que aquella familia, también mediana, cuya vivienda habitual es alquilada. 

Entre sus conclusiones, destaca que los hogares con vivienda propia presentan una renta media que es superior entre un 30 a un 45% a los que viven de alquiler, y que esa distribución, salvo el caso especial de un año de crisis profunda como 2008, la desigualdad entre los que tiene casa propia y los que arriendan la suya en la distribución de la renta es más elevada. 

En definitiva, la valoración final en este estudio de FEDEA indica que la suavización de la pérdida de bienestar en la crisis de 2008 está directamente relacionada con la mayor capacidad adquisitiva de los hogares propietarios de vivienda, y que, además, reduce la desigualdad, especialmente en los hogares de menor renta. Aunque también estiman que, con la mayor presencia del alquiler en los nuevos hogares, que ya es la opción de dos de cada tres, que se mueve en paralelo a los mayores gastos del arrendamiento, es posible que se reduzca de forma paulatina ese efecto de amortiguación de la desigualdad que ahora supone la propiedad de una vivienda.