Si para algo ha servido la crisis económica es para devolver muchos de los índices a su estado anterior al boom inmobiliario. Uno de ellos es la recaudación del Impuesto de Sociedades en España, que en el cambio de milenio alcanzaba alrededor de 17.000 millones de euros, y en 2018 superó los 24.838 millones, según […]
NacionalDirigentes Digital
| 04 mar 2020
Si para algo ha servido la crisis económica es para devolver muchos de los índices a su estado anterior al boom inmobiliario. Uno de ellos es la recaudación del Impuesto de Sociedades en España, que en el cambio de milenio alcanzaba alrededor de 17.000 millones de euros, y en 2018 superó los 24.838 millones, según los últimos datos de Hacienda (+45%).
Si se estableciera una línea recta de la recaudación entre 2000 y 2018, el crecimiento sería muy reducido. Pero las dos primeras décadas del siglo han estado llenas de altibajos, con una etapa marcada por un crecimiento elevado, seguida de un derrumbamiento abrupto de la economía. Estas circunstancias han tenido su reflejo en la actividad de las empresas y en su aportación a las arcas públicas.
En su punto álgido, la recaudación del Impuesto de Sociedades del año 2007 rozó los 45.000 millones de euros, y pasó en solo tres años, en 2010, a los 16.000 millones. No obstante, la explicación para esta tendencia en la recaudación no solo tiene que ver con la debilidad económica general, sino con la caída en el tipo efectivo del impuesto, que ha variado desde el 25% de 2000 hasta mantenerse en torno al 20% durante la segunda década.
En todo caso, ese descenso de los tipos impositivos para las empresas no termina de aliviar su situación financiera. Hay que tener en cuenta que el 98% de las empresas españolas son pymes, lo que influye en sus volúmenes de negocio y en sus ganancias. Así, en comparación con sus beneficios, los impuestos en España son de los más altos en Europa, solo por detrás de Francia, Suecia y Alemania.
Según datos del Banco Mundial y PwC recogidos por New Direction, la presión fiscal empresarial (impuestos sobre beneficio contable) en España alcanza el 47%, frente al 40% de media de la Unión Europea. No obstante, las empresas francesas son las que más proporción de sus beneficios dedican a pagar impuestos (más del 60%). En el lado opuesto se sitúan Irlanda y Dinamarca, con el 25%.
Frente a la abrupta caída que sufrió el Impuesto de Sociedades desde 2008, la evolución del IRPF fue más gradual. Se trata del principal tributo español, por lo que en los inicios del milenio ya se recaudaban más de 36.000 millones, frente a los 17.000 del Impuesto de Sociedades. En el caso del IRPF, en 2018 se alcanzó la cifra de 82.000 millones de euros, más del doble que en el año 2000.