El número de parados en el mes de junio aumentó en 5.107 personas, lo que supone una subida del 0,13% respecto al mes anterior. Estos datos reflejan una ralentización en el ritmo de crecimiento del desempleo ante la paulatina reanudación de los diferentes sectores económicos. Con todo ello, el volumen total de personas sin empleo […]
NacionalDirigentes Digital
| 17 jul 2020
El número de parados en el mes de junio aumentó en 5.107 personas, lo que supone una subida del 0,13% respecto al mes anterior. Estos datos reflejan una ralentización en el ritmo de crecimiento del desempleo ante la paulatina reanudación de los diferentes sectores económicos. Con todo ello, el volumen total de personas sin empleo asciende a 3,86 millones, la cifra más alta desde mayo de 2016.
De cara al mes de julio, desde Adecco Group Institute apuntan a que la normalización de la actividad económica “sugiere que el peor momento para el mercado laboral podría haber quedado atrás“. No obstante, señalan que no hay que olvidarse “lo precario de la situación” y es que aún hay 1,5 millones de trabajadores en situación de ERTE por fuerza mayor, “a lo que se suma un número similar de autónomos (la mitad del total) cobrando una prestación”.
En este sentido, en julio prevén un aumento de la afiliación en torno a las 36.000 personas y que el número de parados se reduzca alrededor de 50.000. Pese a estas estimaciones que abren la puerta al optimismo, insisten en no esperanzarse demasiado, “ya que las variaciones interanuales en julio seguirán siendo tan pobres como las del mes de junio“. Todo ello, sin olvidar los rebrotes de los casos de COVID-19.
Para hacerse una idea más completa de la realidad, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) estima en su cuarto análisis de seguimiento de la crisis del coronavirus que la tasa de paro efectiva (paro registrado, trabajadores afectados por ERTEs y beneficiarios de la prestación extraordinaria por cese de actividad) alcanza el 31% al cierre del mes de junio. Además, prevén que en el segundo semestre de este 2020 se destruyan alrededor de 1,25 millones de empleos a causa de la pandemia, “siempre que no se produzca un empeoramiento de la situación sanitaria en el otoño”. Pero añaden que lo que suceda en los próximos meses dependerá de cómo evolucionen las tasas de reincorporación de los empleados sujetos a este mecanismo legal.
A esta situación descrita por Fedea, agregan que “gran parte de las empresas que siguen en ERTE se encuentran en actividades que suelen tener un comportamiento negativo del empleo en la segunda parte del año”. Si bien parte de ese ajuste ya se ha efectuado anteriormente a través de la congelación de los procesos de contratación, aseguran que “no deja de preocupar la posibilidad de que una fracción importante de estas empresas tengan que realizar nuevos ajustes, esta vez, entre los trabajadores cubiertos por ERTE cuando finalice la vigencia de estos expedientes”.
Aunque se está produciendo una reactivación de la actividad económica, desde la Fundación de Estudios de Economía Aplicada consideran que se tienen que reducir progresivamente las medidas extraordinarias de protección a empleados y compañías al tiempo que se introducen estímulos que contribuyan a la vuelta a la actividad. Además de esto, es preciso introducir mecanismos que ayuden a evitar el cierre de empresas viables “sin obstaculizar la reasignación de recursos hacia las actividades y empresas con mejores perspectivas de futuro”. Sin olvidar el contexto de gran incertidumbre y recursos fiscales y administrativos limitados.
Según se desprende de las últimas previsiones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la recuperación del mercado laboral que se produzca en el segundo semestre del 2020 será “incierta y parcial”. De hecho, la institución ha actualizado sus estimaciones sobre la cantidad de horas de trabajo destruidas a escala mundial para la segunda mitad del ejercicio y concluyen que se ha registrado una disminución del 14%, lo que equivale a 480 millones de empleos (40 horas semanales). Al otro lado del charco, es donde más se acentúan los efectos de la pandemia en el empleo. En América se han perdido un 18,3% de horas de trabajo, equivalentes a 80 millones de puestos a jornada completa.
En definitiva, la OIT plantea tres escenarios diferentes en función de la evolución de la pandemia en la segunda mitad de este año. En el caso de referencia, la pérdida de horas de trabajo a escala mundial será equiparable a 140 millones de empleos. En el supuesto más favorable, la pérdida de horas de trabajo se contraería hasta 34 millones de empleos a tiempo completo a finales de este año, mientras que en el escenario más desfavorable, esta cifra subiría hasta los 340 millones de empleos a tiempo completo.