Los pequeños y medianos negocios españoles hacen frente a una época convulsa que les afecta directamente. Imparable subida de precios, la reforma laboral o el recientemente estipulado salario mínimo interprofesional están poniendo entre las cuerdas a los pequeños empresarios del país. La mayor demostración de ello, la escasa contratación existente en el sector. Un porcentaje […]
AutónomosDirigentes Digital
| 23 may 2022
Los pequeños y medianos negocios españoles hacen frente a una época convulsa que les afecta directamente. Imparable subida de precios, la reforma laboral o el recientemente estipulado salario mínimo interprofesional están poniendo entre las cuerdas a los pequeños empresarios del país. La mayor demostración de ello, la escasa contratación existente en el sector. Un porcentaje que supera el 80% es el que afirma que las pymes, en este 2022, no podrán ampliar plantilla.
Los próximos doce meses no se esperan grandes cambios en cuanto a la contratación de trabajadores por parte de las pymes. Así se ha publicado en el X Informe sobre la Financiación de la Pyme en España, donde prácticamente la totalidad de los encuestados dentro del ámbito empresarial pequeño y mediano, afirman no esperar grandes cambios para este año, en cambio, apuntan a una esperanza en cuanto a la estabilidad en el empleo.
Aproximadamente la mitad de las pymes españolas (un 47%) ni tan siquiera ve clara la continuidad de su negocio en el futuro más inmediato. Al igual que sucede con el gremio del autónomo, que un 60% afirma que no solo su situación ha empeorado, sino que espera que el declive continúe en los años próximos. Una incertidumbre que acecha sobre la inmensa mayoría de lo que, en España, representa más de la mitad del VAB (valor agregado bruto) y el 99% de las empresas.
El pequeño y mediano negocio, junto a los autónomos, hacen frente a una compleja situación legal que se acrecienta con el pago de las facturas, las gestiones socio-laborales con los empleados o el impago de facturas de los clientes. Pero, además, es un sector que no suele contar un respaldo legal demasiado potente, por lo que cualquier adversidad o desconocimiento se le presenta como una adversidad más que superar.
Cualquier conflicto legal con la plantilla o el hecho de desconocer el procedimiento para solicitar subvenciones públicas, a cualquier pequeño negocio o empresario le supone una mayor complejidad frente a una empresa de mayor tamaño, por ende, más respaldada legalmente. Trámites que se suman a los problemas cotidianos de cualquier pyme que hace aumentar su preocupación ante la continuidad del negocio.
Una de estas preocupaciones que, especialmente tras el estallido de la pandemia ha aumentado, ha sido la morosidad de la clientela fija. Cada vez es más frecuente que las empresas de menor tamaño tengan que reclamar el pago de las facturas emitidas.
Todo ello crea un bucle de inseguridades y malestar que se esclarece, entre otros modos, con la escasa contratación que en el último año presentan las pequeñas y medianas empresas junto con los trabajadores por cuenta propia.
Según datos facilitados por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), en nuestro país existen aproximadamente 109.000 vacantes que las empresas de menor tamaño no pueden cubrir por falta de medios para retener a una plantilla mejor cualificada.
Mejorar las políticas de empleo según las necesidades del mercado laboral es una necesidad. Uno de los objetivos de tomar tales medidas es relevar aquellas empresas con mayor número de desempleo y así dar más salida al número de vacantes.
Reducir los trámites burocráticos a la hora de contratar y formar también es una de los aspectos más perseguidos para lograr un incremento en la contratación a nivel global, no solo para pymes y autónomos.
La falta de contratación no solo genera pobreza en un país, sino que ralentiza o incluso pone en riesgo la llegada de fondos nacionales o europeos. También el conocido “relevo generacional” hace que muchas empresas se vean obligadas a cerrar su negocio al no poder continuar con su actividad. Problemas que son una cruda realidad para el pequeño empresario y consigue afectar negativamente a la economía nacional.