La banca trata de revertir su imagen pública ahora que su fortaleza se lo permite. La pandemia ha sido una muestra de ello, en tanto que ha ayudado a canalizar las medidas públicas y se ha encontrado en el centro de la estrategia para amortiguar el golpe. Ahora, cuando asoma la recuperación, ofrece su ayuda […]
BancaDirigentes Digital
| 30 sep 2021
La banca trata de revertir su imagen pública ahora que su fortaleza se lo permite. La pandemia ha sido una muestra de ello, en tanto que ha ayudado a canalizar las medidas públicas y se ha encontrado en el centro de la estrategia para amortiguar el golpe. Ahora, cuando asoma la recuperación, ofrece su ayuda en la distribución de los fondos europeos.
José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), cree que los bancos pueden aportar agilidad y la capacidad de informar a los clientes en un momento en el que se necesita rapidez para ejecutar el dinero. En el XXVIII Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte, Roldán cree que el sector privado debe aportar su grano de arena, tanto por parte de los bancos como de las empresas que van a complementar los fondos públicos con sus propias inversiones.
“140.000 millones de euros es mucho dinero pero no es suficiente” advierte Roldán. No obstante, aunque los bancos pueden resultar de utilidad para gestionar el dinero, el presidente de AEB recalca que su función es “acompañar a las empresas y a la sociedad en sus decisiones de inversión”. De ese modo, subraya que “los bancos nunca deciden en qué se invierte, tan soo evalúan si ese proyecto de inversión puede ser financiado y si va a poder tener un retorno”.
Roldán quiso poner en valor “la capacidad de resistencia del ser humano, de las sociedades y de los bancos” ante las diferentes crisis que se han vivido en los últimos años. “Es algo realmente admirable y es la explicación de que estemos saliendo de esta pandemia con daños limitados”, afirma el representante de los bancos españoles.
En cuanto al futuro cercano, Roldán señala la aceleración de la digitalización y de la transición digital. Por un lado, defiende que su sector ya estaba preparado para digitalizarse, “si no hubiera estado avanzada la digitalización no habríamos podido seguir trabajando”. En cuanto a “lo verde”, cree que el compromiso de los bancos con la sostenibilidad está más que comprobado con las diferentes iniciativas que están lanzando.
“Lo que no esperaba son los tipos de interés en negativo”, reconoce Roldán, “ni esperaba su existencia ni su permanencia en el tiempo”. De hecho, para el representante de la banca continúa siendo un reto conceptual, ya que “no solo no premia el ahorro sino que lo penaliza”. “El mejor cliente de depósitos ahora te cuesta dinero”, sentencia.
Por otro lado, Roldán señala la amenaza de “la banca en la sombra”. “Son entidades cuasibancarias que están intentando escapar a la regulación”, acusa el banquero. En su opinión, es fundamental que la concesión de crédito esté regulada y sometida a una licencia administrativa para proteger a los consumidores. “Sin perturbar la innovación financiera, pero sí hay que garantizar que el consumidor esté protegido”, resume.
También ha participado José María Méndez, director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). Como Roldán, Méndez considera que el sector financiero ha jugado un “rol importante para mitigar los efectos de la pandemia”, de modo que debe hacerlo “también ahora en la recuperación”.
Según lo describe Méndez, “la pandemia ha sido un test muy relevante para ese nuevo régimen jurídico” que afecta particularmente a las cajas de ahorro. Por un lado, los bancos hicieron provisiones de liquidez, mientras que la fundaciones incrementaron su actividad social con el apoyo en la compra de material, en bancos de alimentos y movilizando voluntarios.
Por el momento, la posición del sector es sólida, dado que los índices de morosidad son “súper bajos”. En el caso de CECA, es del 3,8%, mientras que en el conjunto del sistema asciende al 4,3%. Los diferentes amortiguadores han evitado un aumento de la mora. Como prueba, en 2013, cuando no existían estos mecanismos, la morosidad alcanzó el 13,8%.
Gortázar (CaixaBank): “En este momento ahorrar es muy difícil”