El gobierno portugués y el Banco de Portugal han diseñado un plan de recapitalización para BES para que el coste de recapitalización no recaiga sobre los clientes ni el contribuyente y toda la carga la soporte los actuales accionistas, acreedores y el resto del sistema financiero. Pero de momento, el Estado financiará 4.700 millones de los 4.900 millones que se inyectan a la entidad a través del Fondo de Resolución, un instrumento creado en 2012 para sanear a la banca y parecido al Frob español pero con recursos de los propios bancos.
El problema es que el Fondo apenas dispone de 180 millones y el resto lo aportará el Estado gracias a línea de crédito de 6.400 millones que el país todavía tenía abierta del pasado rescate de 78.000 millones. La financiación pública será asumida por el sector bancario luso en los dos próximos años, para cumplir con las exigencias de Bruselas, en el marco del proceso de Unión Bancaria.
La inyección de capital se destinará al nuevo BES, que nace con el nombre de Novo Banco, que pasará a ser controlado al 100% por el Fondo de Resolución para garantizar un funcionamiento normal con un Core Tier del 8,5%. En esta entidad se gestionarán los depósitos y los créditos de buena calidad y pasarán a trabajar todos los empleados.
Lo que no hará será cotizar en bolsa. La peor parte del rescate se la llevan los accionistas y tenedores de deuda subordinada que formarán parte del banco malo, que mantendrá el nombre de BES, y donde se aglutina la deuda problemática con las empresas del holding Espirito Santo y la filial angoleña del banco. El BES pierde la licencia bancaria y será liquidado en el menor tiempo posible.
Con casi toda probabilidad, los accionistas y acreedores perderán toda la inversión. En los próximos días el Banco de Portugal designará a los nuevos administradores de la entidad que gestionarán unos activos que valen prácticamente cero. Los mayores accionistas son la familia Espirito Santos y el banco francés Credit Agricole.
La nueva entidad que hereda la actividad de BES, "debidamente capitalizada y separada de activos problemáticos", según Carlos Costa, gobernador del Banco de Portugal, seguirá gestionada por el equipo de Vitor Bento, que fue nombrado por el Banco de Portugal en sustitución de Roberto Salgado y sus hombres de confianza.
Entre las prioridades de Bento está tener lista una auditoria forense para determinar el impacto exacto en las cuentas de la nueva entidad para septiembre y venderla lo antes posible a inversores privados, aunque sea necesario sacar la entidad a bolsa de nuevo.
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