Según los cálculos de la asociación, el sistema eléctrico ingresa anualmente 12.500 millones de los consumidores por el término fijo del recibo de la luz. De la factura total que pagan los consumidores, una parte, un 40%, corresponde al gasto fijo de la potencia contratada, que será la misma todos los meses independientemente del consumo. Otro 40% corresponde a la energía consumida. Y el resto se corresponde a impuestos.
La última reforma eléctrica que incide en el ciudadano en el cambio de modelo de facturación se ha centrado en rebajar el precio de la electricidad que afecta en el recibo a la energía consumida. Sin embargo, el resto del recibo no depende de si el cliente gasta mucha o poca luz, y da la casualidad que el Gobierno subió el termino fijo antes de anunciar la reforma y posteriormente volvió hacerlo en febrero pasado. Muchos consumidores para recortar la factura, redujeron la potencia contratada para ganar eficiencia y reducir gastos. Pero la última subida venía con sorpresa, ya que vino con medidas para penalizar a los consumidores que menor potencia contratada tienen.
Así y todo, de acuerdo con la denuncia de ANAE la diferencia entre la potencia real utilizada por el sistema con la contratada por todos los consumidores supone que las eléctricas ingresan 8.080 millones por un servicio que los consumidores no utilizan. A la cifra, hay sumarle los impuestos asociados que suponen otros 2.000 millones que van a las arcas del Estado.
"Es imprescindible optimizar los diferentes parámetros de las facturas y muy especialmente, la potencia contratada. Cada caso es particular y las posibilidades de ahorro serán mayores o menores, pero en cualquier caso el futuro no parece muy prometedor, ya que el peso de la potencia contratada en nuestras facturas tiene una tendencia al alza y no parece sino que empeore en un futuro próximo", explican desde la asociación.
Ponen el ejemplo de un consumidor doméstico que puede reducir su factura 61,5 euros al año sólo por disminuir un tramo su potencia contratada. Dependiendo del tipo de cliente optimizando la contratación de potencia y eligiendo una tarifa con discriminación horaria el ahorro puede ascender a 170 euros.
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