La cultura del dato se impone en las organizaciones españolas. Un camino en el que si bien aún queda mucho por recorrer, va calando entre el tejido empresarial español. La directora del Chief Data Officer Day (CDO), Rebeca Cuesta, asegura que el 70% de las compañías cuentan con un comité de datos, una cifra "impensable" hace cinco años. DIRIGENTES ha acudido a la quinta edición de este evento para hablar con el CDO Funidelia, Jesús Armand, sobre la evolución que ha seguido el dato en las corporaciones y el mundo de posibilidades que abre tanto en esta compañía que ha sido elegida -pyme del año 2018- como para cualquier pequeña y mediana empresa.
Al margen de la brecha que existe entre una startups que nace con vocación digital y una pyme tradicional, ¿es fácil para una empresa de estas características emplear tecnologías que requieren datos?
Personalmente en mi caso, las tecnologías y la manera de consultar información se han cuidado mucho en Funidelia. Hemos enseñado a todos los trabajadores que la explotación del dato es buena. Hemos cuidado mucho la importancia de enseñar a los miembros que la explotación del dato es necesaria para cubrir el proceso, entender mejor la salud de la compañía e, incluso, su propia área de trabajo. Por otro lado, también me he encontrado con empresas que quieren explotarlo, pero no saben cómo hacerlo. Es muy importante monitorizar la información y contar con herramientas que le ayuden a entenderla mejor.
¿Cómo puede optimizar una pyme el tratamiento de estos datos?
Siempre intento transmitir a los empleados que los datos no son de su área, si no de la compañía. Por tanto, es necesario generar herramientas más allá de la consulta. Hay que entender que el ciclo de vida del dato influye en cualquier toma de decisión, independientemente del departamento. Hay que generar cultura de que el dato no es bueno solo porque cuando pasa por tu lado tiene calidad, si no porque cuando sale de tu lado la mantiene. La idea pasa por impulsar una plataforma en la que se puedan consultar las descripciones del mismo. Uno de mis primeros quebraderos de cabeza cuando me designaron chief data officer de Funidelia fue darme cuenta de que un mismo producto activo se nombraba de manera diferente en función del área.
Desembarcaste en Funidelia en 2017 y accediste a tu nuevo cargo el pasado mes de febrero de 2019. ¿Cómo ha ido corrigiendo esas deficiencias?
Nuestro modelo de negocio es muy estacional. Justo el segundo mes del año coincide con nuestro cierre de campaña. Comenzamos a detectar muchas imperfecciones relacionadas con la calidad del dato o que ni sabíamos cómo se había calculado. Nos dimos cuenta de que la empresa era lo suficientemente madura cómo para dar un paso a la hora de tener un gobierno del dato mucho más robusto del que teníamos.
En este sentido, ¿en qué medida ha contribuido el Reglamento General de Protección de Datos (RDPD)?
En primer lugar, se trata de algo necesario para no incurrir en amonestaciones y penalizaciones. También ayuda a definir una serie de normativas o directrices sobre cómo gestionar o consultar el dato. Si tiene un acceso limitado, redundará en una mayor calidad. Por tanto, sí que ayuda. También contribuye a poseer un mayor control de la información. Te aseguras que quien tiene acceso es porque tiene que tenerlo y, por tanto, repercute en una mayor calidad.
La cantidad de datos se impone sobre la calidad. ¿Qué opina de esta situación en base a su experiencia?
Como explico anteriormente, no se presta demasiada atención a la calidad. Cuando eres una empresa pequeña que acaba de comenzar a crecer, todavía te permites ciertas libertades, la asumes y la ves como algo normal. Pero cuando llegas a un nivel de mediana empresa donde no es lo mismo tomar una decisión con un nivel de facturación de 50.000 euros que de 23 millones de euros. Ahí es cuando te das cuenta de que debes dar más peso a la calidad que a la cantidad.
Uno de los puntos diferenciales de Funidelia es una logística cuidada al milímetro. ¿Cómo contribuyes a ello?
En calidad de dato. Hay que tener un gran control de las entradas y salidas de nuestros productos: desde el almacén hasta el proveedor. Hay que asegurarse de que lo que pedimos es lo que recibimos. No es lo mismo dejar libertad absoluta al que está en el almacén para buscar los productos que preguntarles. La idea pasa por diseñar una organización basada en análisis y datos.
Por otro lado, las finanzas se consideran como algo terciario. Se da más peso a vender algo correctamente, pero sin finanzas, mal vamos. De hecho, es una de las que más sufren en este sentido. En Funidelia hemos trabajado mucho en optimizar esta área.