Banco Sabadell acaba de hacer públicos unos resultados del primer semestre en los que comunica que su beneficio neto se reduce en más de 248 millones de euros en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esto significa que sus ganancias se reducen en un 67,2% en referencia a las de la primera mitad del año pasado. En total, durante estos seis primeros meses del año consigue unos beneficios de 120 millones de euros.

En la nota remitida a la CNMV, Sabadell achaca esa reducción de los beneficios a la asunción de las provisiones de los activos problemáticos por valor de 12.200 millones de euros. En otras palabras, con ese movimiento, el banco consigue quitarse de encima la exposición a la “inmobiliaria problemática”, así como los costes de la migración de TSB.

Ese hecho ha influido en que la ratio de activos problemáticos netos sobre el total de activo se sitúa en el 1,7%. De esa forma, la reducción de activos problemáticos se cifra en 9.547 millones de euros en los últimos doce meses, una cifra que prácticamente se ha logrado en el segundo trimestre de este año, cuando la suma supera los siete mil millones de euros.

De esa forma, también reduce la ratio de morosidad, que se sitúa en el 4,71%. Así, tras las ventas de carteras la entidad es capaz de cubrir el 54,6% de sus activos problemáticos.

Si no se tuvieran en cuenta esas cifras y otros costes extraordinarios, la entidad calcula que el beneficio neto recurrente alcanza los 456 millones de euros, lo que supone un incremento del 24,4%. Por otra parte, en lo que respecta al negocio bancario del grupo, obtiene una evolución positiva que se cifra en un crecimiento del 3,6% en lo que se refiere al margen de intereses sumado a las comisiones netas.

Asimismo, el banco afirma que sus gastos de explotación recurrentes se reducen un 2,3% con respecto al primer trimestre. En cambio, si se comparan con los del primer semestre de 2017, en cifras relativas aumentan un 2,4% hasta los 1.336 millones de euros.