Al igual que el resto de las empresas, Mapfre enfrenta unas circunstancias inciertas. Estas son la depreciación de monedas extranjeras por un lado, y los sucesos catastróficos por otro, que en caso de Mapfre afectan más si cabe por la naturaleza de su negocio. En conclusión, esas razones han hecho reducir los ingresos de la aseguradora un 5% con respecto a 2017, hasta llegar a los 26.590 millones de euros.

En lo que respecta a los beneficios en sí, Mapfre mantiene el resultado operativo en 702 millones de euros, una cifra que es un 0,3% superior a la del año pasado. Sin embargo, en vista del "deterioro parcial de fondos de comercio" en Estados Unidos, Italia e Indonesia, Mapfre ha decidido dedicar 173 millones de euros a fortalecer el balance.

Una vez se tiene en cuenta el efecto de esa partida dedicada al balance, el beneficio de Mapfre asciende a 529 millones de euros, lo que representa un descenso del 24,5% con respecto a los resultados de 2017.

La entidad destaca el "comportamiento positivo de España", que acumuló unas primas de 7.524 millones de euros. Esa cifra representa un alza del 10,3%, frente al aumento que registra el sector del 1,34%. En ese sentido, Iberia "se consolida como motor del crecimiento del Grupo", según explica la compañía.

En lo que atañe al dividendo, Mapfre destinará 447 de esos 529 millones de euros de beneficio para retribuir a sus accionistas. Eso significa que dedicará la misma cantidad que el año pasado, a pesar de que los resultados son inferiores.

Para ello, la aseguradora repartirá un dividendo complementario con cargo a los resultados del ejercicio 2018 de 0,085 euros brutos por acción. De esa forma, el dividendo del pasado año ascenderá a 0,145 euros por acción, la misma cantidad que el año anterior.